Después de lo que para mi fue una eternidad en el auto, por fin llegamos a donde quedaba el psicólogo que de más decir no necesito.
-Mía ven acá inmediatamente - esa fue la voz de mi madre Claudia, se podía notar su molestia de estar aquí.
Me dirigí a donde estaba y me hizo señales que siguiera a la secretaría para ir a mi consulta con el señor Torres, mi nuevo y no necesario psicologo.
Pasamos por un pasillo largo hasta llegar a cuarto donde el rendía su trabajo. Al entrar pude notar que el cuarta estaba decorado a base de tonalidades claras (no es que no me gusten, pero es demasiado en una habitación), y ahí un señor de unos 50 y tantos años sentado con una libreta en mano.
-Pase adelante señorita Grey, tomé asiento para empezar con la consulta.
Con mala gana me senté - Mire señor yo no necesito sus servicios, mi madre es una paranoica que cree que por lo que me ha estado pasando necesito un psicólogo y la respuesta es NO
-Y cuénteme señorita Grey, que le ha estado pasando?
-Eso a usted eso no le importa
-Usted está equivocada en eso, me interesa saber que es lo que le afecta para poder encontrar una solución juntos para su problema señorita
-Y si no me da la gana contarle nada, usted no puede obligar, que le parece mi idea usted le dice a mi madre que estoy perfectamente bien y no me vuelve a ver- espero que acepte porqué me estoy poniendo de mal humor
-Y que le parece mi idea señorita, me dice de un sólo que es lo que le pasa y aunque tenga problemas mentales yo le digo lo que usted quiere a su madre
-Yo no tengo problemas mentales, además cuál sería el fin de contarle algo a usted?
-Que se va desahogar y sentir mejor de decirlo en alto, en lugar de carcomerce la cabeza- bueno ese era un punto para el- y que dice señorita Grey va a hablar?
Lo pensé por unos 5 minutos y ya por fin me decidí.