-Preste atención señor psicólogo, yo no tengo nada interesante que decirle, mis problemas son como de los otros adolescentes, como dije antes mi madre exagera
-No considero que eso sea así joven, usted quemo la mochila de un compañero, no me parece que usted se comporte como los adolescentes normales -haciendo énfasis en normales
-Y usted es el que decide que es normal? Se cree tan especial? - este señor es un creído - Mire ese estúpido se lo merecía
-Nadie se merece que le hagan eso señorita -hablo de manera un tranquila
-COMO QUE NO, EL GRAM IMBECIL ESE ME MANOSEO EN LA CLASE DE DEPORTE - estoy hirviendo del enojo de solo acordarme de ese día
El psicólogo se quedó en silencia y después solo sonrió -Y ese era motivo para quemar la mochila? ,no deberías estar feliz de que le prestará atención siquiera.
Este viejo desgraciado, me levante y sali de esa habitación.
Salí como alma que lleva el diablo y mi madre fue detrás mío, ya adentro del auto me dijo.
-Pero que te crees, eres consiente de los problemas económicos que tenemos, como se te ocurre salir en medio de una consulta tan cara así no más - dijo muy enojada
-El imbecil del psicólogo me falto el respeto y no le presto atencion a lo verdaderamente importante. No pienso volver ahí
Mi madre ya cansada de mi comportamiento solo suspiro y ensendio el carro para irnos, espero que no se vuelva a repetir esto. Yo lo intente a mi manera y a él solo no le importo.
Además que tan malo puede ser quemar una mochila, no es para tanto. Gabriel me hizo algo peor, yo solo le devolví el gesto de forma diferente.