Capítulo 2.

4.2K 723 187
                                    

Bill Cipher solía ser un tipo ocupado. Entre planes de conquista mundial, tratos que cobrar y almas que condenar, a penas le quedaba tiempo para estar con su hermano, aunque éste tampoco es que tuviese mucho tiempo libre, pero vaya si aquello era malo.

Sin duda estaba en problemas. Will se había puesto en contacto con él, le había convocado a una dimensión que solía moldear a su antojo. Era el lugar de escape del sensible triangulo azul y siempre estaba decorado con un interminable prado de flores. Algunas veces blancas, otras azules o simplemente una mezcla de todos. El problema venía en que, al llegar, Bill dudó de si se había equivocado, pero aquello era imposible. El lugar estaba blanco, vacío. No era una buena señal. Sólo se veía a Will, unos metros más allá, de espaldas a él.

Avanzó hacia él, intentado parecer normal, con su típico carácter insufrible y despreocupado, pero internamente estaba gritando por ayuda.

-¿Me llamaste? -dijo Bill, mirando sus uñas inexistentes, expresando arrogancia. Una que le duró muy poco.

-Tú, maldito desquiciado -le dijo ronco, girándose. Su ojo estaba completamente negro, a excepción de una fina línea azul en vertical que Bill suponía que era su ojo-. ¿Sabes de que me he enterado? De que CIERTO DEMONIO ha destruida cierta dimensión sólo para librarse de un miserable cuerpo humano.

Will iba creciendo de tamaño mediante su ira iba creciendo, mientras Bill parecía que se encogía.

-Will, cálmate...

-¡Y encima engañaste a ese pobre humano, quien ahora vaga por dios sabe donde! -gritaba. Su alrededor había empezado a arder en llamas, por consecuencia del humor del dueño-. De esta no sales impune, Bill.

-Espera, espera espera -decía, asustado, echándose hacia atrás y moviendo las manos frenéticamente.

Con un simple movimiento de mano, una barrera apareció detrás del triángulo amarillo, quien miraba a su hermano cambiar de forma a una humana. Will, al contrario que Bill, se podría decir que le medio gustaba tener una apariencia humana. Según él, le gustaba saber lo que sentían aquellas "interesantes" criaturas. Y, como esperaba, todo su cabello estaba completamente negro de la ira y sus dos ojos exactamente igual que antes. El ahora pelinegro se acercaba con las manos en llamas rojas al atrapado Bill, quien no tenía poder alguno en aquella dimensión.

Las manos de Will atravesaron su cuerpo triangular y, junto con sus gritos agónicos, se rompió a pedazos dejando solo ver el mismo cuerpo humano donde había residido casi tres años, con el que había conseguido engañar al iluso de Dipper Pines y con el que por poco había muerto. Atónito, se miró a sus ahora carnosas manos.

-No, no, ¡no! -gritó. Intento librarse de aquel cuerpo, sin éxito y solo recibiendo un gran dolor para nada placentero en su ojo derecho, el cual empezaba a sangrar. Los lloriqueos de su hermano no se hicieron de rogar.

-Es por tu propio bien -sollozó, ocultando su cara con las manos- ¿Algo que objetar? -le gruñó amenazadoramente, destapando uno de sus ojos.

No recibió respuesta alguna. Bill no tenía pensado volver a dirigirle la palabra en unos cuantos milenios.

-Fuera -volvió a decir Will, haciendo desaparecer a Bill de su dimensión.

Minutos después, el también abandonó el vacío lugar. Más tarde lo remoldearía.

-¡Y así, es como yo, Bill Cipher, fui sometido y encerrado en esta cosa! -gritó el rubio, en una mesa junto con lo que se le podía llamar, amigos.

-Aparentar ser la víctima -rió la chica entera de rosa-. Típico de Will.

De un solo trago, se tomó la bebida de color púrpura, notando un ardor en su garganta. Aún no se acostumbraba a las reacciones del cuerpo. Para su suerte, su hermano había sido algo benevolente y le había dejado todos y cada uno de sus poderes. Perezoso, se levantó de aquella mesa de lo más parecido a un bar en una dimensión aleatoria y se encaminó hacia la puerta.

-¿A dónde vas, Billy? -le gritó, coqueta, Pyronica-. ¡La fiesta está a punto de empezar!

-Voy a acabar lo que dejé a medias hace cuatro años.

Sempiternal ❈BillDip❈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora