Capítulo 4 - La Bella Ragazza

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CAPÍTULO 4

LA BELLA RAGAZZA

Raúl no podía conciliar el sueño, la situación que hace poco se había creado entre Alicia y él lo había dejado inquieto. Se encontraba cansado pero no podía dormir, una y otra vez el rostro de la mujer mirándole fijamente con los ojos enrojecidos pasaba por su mente. No podía borrarla de su cabeza.

- ¿Qué me está pasando? – se preguntaba a sí mismo.

Hacia pocos meses que Cristina y él lo habían dejado. Ella había decidido marcharse a Suiza y no quiso que Raúl la acompañara, ambos hubieran tenido un puesto fijo en una filial de su empresa allí, pero Cristina era ambiciosa y nunca había querido sinceramente a Raúl. En numerosas ocasiones él pensó en casarse con ella, pero Toni siempre le advertía que aquella mujer no le quería, que siempre era él el que ponía todo en esa relación y ella únicamente se estaba divirtiendo.

Todo esto lo comprobó el último día que la vio en la oficina, antes de partir a su puesto de Directora de Recursos Humanos. Había ido a despedirse y a intentar que recapacitara y le dejara irse con ella, la noche antes había estado discutiendo en casa con Toni como testigo en la otra habitación y, no quería que se fuera así. Al abrir la puerta de su despacho los encontró allí. Nunca se lo hubiera imaginado, a pesar de que el resto de compañeros se lo habían dicho mil veces, Pedro, el Responsable de Personal, y Cristina estaban liados.

Al verle entrar no se sorprendieron, ya no tenían nada que ocultar, al fin y al cabo se iban a ir juntos y media empresa ya lo sabia, excepto el novio que aún seguía ignorante de los rumores. Raúl no dijo nada, les miró y cerró la puerta tras de si, esa historia ya había acabado.

- Ella no parece ser igual, tiene algo distinto, ¡ay Raúl!, tu cabecita va muy deprisa, cálmate, posiblemente haya sido el momento que te ha confundido, cálmate – se decía a sí mismo.

Alicia, en la otra habitación, oía moverse a Raúl. Ella tampoco podía dormir, los recuerdos habían vuelto a su mente y esa sensación que había sentido al estar entre sus brazos la estaba mortificando.

- ¿Y si voy a hablar con él?..., no, no, no, mejor no, ha sido todo provocado por mi cabeza, debo tranquilizarme, estoy confusa, mañana veré las cosas de otra manera, mejor será que me duerma – rumoreaba en el silencio Alicia.

A la mañana siguiente, la primera en levantarse fue Alicia, Raúl despertó cerca de las doce de la mañana, ni el ruido del teléfono de la llamada de Toni había roto su sueño y ella no quería perturbarlo, le dejaría descansar y a la una, como muy tarde, le daría el recado de Toni, total hasta las tres tenían tiempo.

Raúl sobresaltado se despertó de golpe, un pitido en la calle le desveló. Oyó ruido en la cocina y fue allí enseguida.

- Lo siento, me he quedado dormido, hemos perdido toda la mañana, voy a darme una ducha, me visto y nos vamos, ¿Dónde está Toni? ¿No ha llegado? Vaya, y encima me has preparado el desayuno, esto no es justo, que mal anfitrión que soy – se disculpó Raúl.

- No te preocupes, dúchate tranquilamente. Toni no viene, ha llamado hace un rato, nos espera a las tres en el Hotel Ritz, me ha dicho que tú sabias ir, que era uno de los Hoteles que vimos ayer al pasar, que debíamos posponer nuestra salida de hoy pero que me llevaras contigo – le respondió Alicia – El Ritz esta cerca del Palace, ¿no?

- ¿Al Ritz?, ¿y para qué quiere que vayamos allí? Sí, esta enfrente del Palace ¿por?, ¿lo conoces? – dijo extrañado Raúl.

- Por lo visto le ha llamado Javier. Dice que vienen unos clientes a hacer una revisión del programa de costes que vosotros estáis llevando a cabo para los italianos y que, como sois vosotros los responsables, os debéis reunir con ellos porque nadie más en la empresa sabría darles explicaciones. Han quedado allí para comer, según me ha dicho Toni, él iba a pasarse a recogerlos al aeropuerto y nos espera allí. Yo le he dicho que no debía ir porque es una comida de negocios, que me quedaba aquí en casa y ya me prepararía yo algo, pero ha insistido en que no falte, que no es molestia, que acabareis pronto y luego nos vamos a ir a comprar algo para decorar mi habitación – Alicia se quedó por unos segundos pensativa – En el Palace trabajaba mi tío, aunque nunca llegué a venir a visitarle, ahora vive en Alicante – explicó.

Abrazando el OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora