Liam, tú amigo, mejor amigo, el que amabas con toda el alma, pero para el, solo eras su "Amiga del Alma" su "Hermana". Te dolía cada vez que el te hablaba de su nueva conquista, de la nueva chica que haría caer a sus pies, para luego dejarla, como alguien que nunca conoció. Siempre hacia eso con las chicas, para el, las mujeres eran un simple objeto, algo de usar y tirar, pero tú, tú eras la única que nunca ha querido odiar, nuca ha podido decir lo que siente por ti, pensado que sería rechazado, y se conformaba con estar con mujeres de toda clase, no le importaban, de todos modos, no las ama, no como a ti.
-¿_____? -Dijo Liam, despertandote.
-¿Que pasa? -Te incorporaste, adormilada por la repentina visita de tu amigo.
-Prometiste que hoy vendrías a una fiesta conmigo.
-¿En serio dije eso? -Bostezaste y miraste el reloj, las 11 de la noche -Liam, es super tarde, ¿No crees que será mejor otro día?
-Eso dices siempre, ¿Por qué no te gusta ir a fiestas conmigo?.
-No es que no me guste, solo, no me gusta salir.
Eso era una mentira, te gustaba salir, y sería ideal salir con tu mejor amigo, pero no querías ver como coqueteaba con la primera chica con la que se cruzaba.
-Vamos, será divertido, te doy cinco minutos para que tr levantes y arregles, traeré algo para que te de energía.
Se levantó y salio de la habitación dejandote sola. Rendida, te levantaste y sacaste algo de ropa, solo eran unos jeans con una polera manga corta, em verdad, no tenias ropa como para ir de fiesta, así que tomaste lo que creías que se usaría allá. Te cambiaste, y caminaste hasta la cocina, donde estaba Liam preparando café.
-Hola linda, toma -El había dejado el café delante tuyo, para que subieras los ánimos.
-Gracias -Comenzaste a beber el café, mientras sentías la mirada de tu amigo.
-¿Vas a ir vestida así?
-Eh... sí, ¿Me veo muy mal? -El negó con la cabeza
-No, pero eso no es como las chicas van a las fiestas, te elegiré la ropa, y sin reclamar.
El subió dejandote con la duda, y un poco asustada, conocías sus gustos, y no eran tu estilo. Terminaste el café, nerviosa por lo que Liam podría sacar de tu armario. Esperaste impaciente a que llegara, para luego, ver como traía unas prendas en sus manos.
-Ponte esto, luego me agradeces.
Rodeaste los ojos, y sin rechistar te fuiste a cambiar. Era una falda ajustada negra, con una blusa escotada plateada, con mucho brillo. ¿Desde cuando tengo esto en mi armario? Te preguntabas al verte en el espejo. La falda, algo corta, atraía la vista al igual que el escote, te sentías muy rara, no era tu estilo ir mostrando mas de la cuenta, pero, por Liam, estaría bien por una noche.
Finalmente, te pusiste tus tacos, eran algo altos, y para tu estatura pequeña, se veían bien.
-Te ves como una diosa -Aplaudió Liam, para después repasar cada centímetro de su creación.
-Me siento, algo, apretada -Dijiste en burla, haciendo que el rodeara los ojos.
-Estas super linda, ahora, no sé como lo haré para quitarte los ojos de encima -El río, haciendo que tus mejillas obtuvieran un color cálido rojizo.
-Gracias
Ambos salieron, y se subieron al auto de Liam, para luego ir a la fiesta que tanto quería ir el. Pasaron los minutos, y no decían nada, lo que era raro, ya que siempre hablaban cuando estaban yendo a algún lugar. Pero para ustedes dos, no les importaba estar en silencio.
