amo cambiar mi estilo de escribir, kedcirls. Y va estar lleno de gif representando situaciones equisde.
El sonido del tren era incesante y molesto para Nanase, estaba acostumbrada al silencio. La carta que Mirai le había dado yacía en sus manos. Pero no pensaba abrirla, sus palabras antes de morir fueron firmes y claras.
—No leas la carta, solo Kanbara Ahikito puede, ¿me oíste, Nanase?
Su mirada se poso en la ventana, la primavera estaba llegando y eso solo significaba alergias. Odiaba las flores, le parecían desagradables, con su polen y abejas alrededor. Al contrario de otro tipo de plantas, que no le desarrollaban ningún tipo de alergia y no tenían abejas, odiaba a las abejas también.
Miro su mochila, que se había negado a soltar aunque pesara más de lo permitido en los vagones de pasajeros, los guardias la dejaron entrar a regañadientes ya que persistía demasiado en quedarse con la mochila. Saco de adentro un gran libro forrado (para que nadie supiera de que trataba), "Tipos de youmus y como destruirlos". Aunque ella misma fuera uno, le parecía interesante el tema de los tipos que había y la manera de matarlos.
—¡Estación Nagatsuki, repito, Nagatsuki!
La chica se sorprendió con el grito de uno de los guardias, rápidamente guardo el libro y se puso la mochila y salió del tren para agarrar sus maletas, y poder ir a la casa abandonada de la que Mirai le había hablado. Empezó a caminar sobre la calle donde estaba la estación, según Mirai, esta llevaría a las afueras de Nagatsuki y a la casa.
Pero un maullido suave interrumpió su caminata, un gato negro se encontraba en una caja. Maullaba en busca de atención, en busca de alguien que se lo llevase. Nanase se acerco con cuidado y puso su mano frente a él.
El gato toco con una de sus patas su dedo, y se dejo acariciar. Un pequeño "aww" salió de sus labios, mientras miraba al gato. No podía evitarlo, los gatos eran su debilidad. Se saco la mochila de la espalda y metió al gato, y emprendió su camino.
—Ten cuidado, y agárrate de mi cuello.
Parecía una loca, dos maletas y una mochila con un gato, pero tampoco le importaba. Después de todo estaría allí solo unos días, y luego iría hacía la prefectura de Nagano; donde había (según sus fuentes) una casa dueña de un youmu famoso de la zona.
Luego de su caminata, llego a la casa. Estaba en un bastante buen estado para estar abandonada desde hace años, mínimo parecía haber sido abandonada hace apenas unos meses. Saco al gato de la mochila y lo dejo en suelo, mientras seguía mirando la casa de un lado a otro.
—Ya era hora...—dijo mientras veía como en el primer piso aparecían todas sus estanterías con libros—Yaku tenía razón, no tarda nada... ¡gatito!
El gato subió hasta el segundo piso, y se sentó frente a ella. Nanase junto las manos y empezó a decir cosas en un idioma incomprensible.
Una muda de ropa apareció, y Nanase sonrió. Había tratado de hacer eso por mucho tiempo, pero solían aparecer en la mitad del camino. Con cuidado se quito el sobretodo que tenía puesto, ya que aún quedaban rastros del invierno en la temperatura. Se saco la camisa y los pantalones, poniéndose el pijama negro que usaba casi siempre (porque si lo usara siempre, no podría lavarlo). Se acostó sobre la cama, y el gato saltó sobre ella.
—¡Hey!—Nanase acarició la cabeza del gato, mientras miraba por su reloj de pulsera—Es casi medianoche... ¡Ese será tu nombre! ¿Te gusta?
El gato se frotó sobre ella, y lo tomo como un sí. Se acomodo en la cama, y cerró los ojos. Mañana trataría de encontrar a Kanbara Akihito.
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Eran las diez de la mañana, o eso decía el reloj del café en el cual estaba desayunando. La casa estaría en buen estado, pero no tenía luz ni gas. El agua parecía venir del lago, y tenía un proceso bastante complejo, pero no le era necesario.
—El café con los scones son 500 yens.
El chico del café era pequeño, y no aparentaba la edad que debía tener. La chica saco un billete y le pago, mientras bebía su café y comía con rapidez los scones. Tenía toda una ciudad que revisar, y pensaba irse lo más rápido posible, pero primero debía ir por la información a la casa, otra vez.
Pero sobre el escritorio se encontraba su cuaderno de notas mientras las páginas se movían al azar por culpa del viento, y una rama de cerezo estaba en un jarrón que nunca había notado en el escritorio.
La chica tiro las flores, mientras estornudaba.
—Que desagradable...
Agarro su cuaderno de notas y agarró la foto que estaba en una de las páginas, y emprendió su búsqueda. Preguntaba a todas las personas con las que se cruzaba, y ninguna le decía algo que le sirviera.
—¿Akkey? ¿Por qué lo buscas?—un hombre de mediana edad miraba a la chica indiferente—pero eso no importa, vive en ese edificio, segundo piso puerta C. Y de nada.
La chica no pudo decir nada, el hombre siguió caminando. Nanase corrió hacia el edifico para tocar el timbre, y una voz joven atendió.
—Kanbara Kiyoteru, ¿en qué puedo ayudarte?
—Mi nombre es Nanase, y busco a Kanbara Akihito... ¿puedo pasar?
Un pitido sonó, y la chica logro abrir la puerta. Subió hasta el segundo piso, y la puerta del apartamento estaba abierta.
—Perdón por la intromis-
La puerta se cerró, y sintió un dolor punzante en el pecho... la habían apuñalado. Un chico de cabello color caramelo y ojos rosados sostenía una espada.
—Perfecto... pude sentir que eras un youmu a través del timbre, por fin pude superar mi miedo—dijo el chico mientras sonreía.
Pero nada fue como planeo, en vez morir y aparecer una piedra de youmu, Nanase se abrazó a si misma. Kiyoteru dio un paso hacía atras, ¿no debería morir?
—Maldita sea... ¡eso dolió, bastardo!
Kiyoteru repaso los tipos de youmus de los que su padre le había hablado... esa chica era un youmu inmortal. Una sonrisa apareció en sus labios, mientras tocaba el hombro de Nanase. Ella era perfecta para practicar cuando llegara el Sin Barreras.
YUHU. Terminé, eaaaaaah. Ame este cap. :'v jadita, espero que nadie se despierte(?)
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[ 私たちの限界を超えて ]
Fanfiction❝-Hagamos un trato, tú no me matas y yo te ayudo con el Sin Barreras❞ ❝-Hecho.❞ Una historia donde un Guerrero del Mundo Espiritual se deberá aliar con una Youmu para derrotar al Sin Barreras.