[UNDERSWAP] Una historia algo INVERSA.

¿No sabes como saludar a un nuevo amigo?

  — Estaba por aquí...en alguna parte...

Chara se encontraría buscando desesperadamente "algo" en la habitación de Sans. Antes de seguir con su aparente "aventura" optó por quedarse a vivir un tiempo con los hermanos esqueletos. Recién los conocía de hace unos días pero estaba bien, ni Sans ni Papyrus tuvieron problema con ello. 
Como era de esperarse, Chara se había quedado en la habitación de Sans ya que por algún motivo Papyrus no había querido tenerlo en su cuarto...maldito esqueleto egoísta. O por lo menos así lo creyó Chara.

  — ¡Al fin! Aquí está 

Exclamó con alegría el pequeño niño con mejillas rosadas colocándose en su momento en la cama de Sans con una especie de "diario" en mano. Puede que tomara prestado alguno de los diarios en blanco que sea había encontrado en la casa de Asgore pero en realidad no le importaba tanto, después de todo no iba a volver a verlo, ¿o si? De todas formas...extrañaba al grandote, era como un padre para él.

   —  Veamos... Ajá, ésto le va a encantar a Sans...

Se dijo así mismo pasando algunas páginas del diario...pero se detuvo. Tenía...algunas ganas de leerlo otra vez. Cuando los conoció. Cuando conoció a los ESQUEL-HERMANOS. 

[...]

  —  Éste sitio apeeeeesta.

Maldijo Chara mientras caminaba fuera de las ruinas rumbo a...bueno, no tenía ningún rumbo...¿a su perdición? Quién sabe, el sólo quería salir de allí.

—  Odio ésto, ¿quién es tan estúpido como para tropezarse y caer al vacío? Ah, yo. 

En ése momento se daría un pequeño golpe en la cabeza con un palo que se había hallado desde el principio, era su única arma por si se presentaba algún peligro...quizás la menos hiriente.

  —  Está oscurooo el bosqueeee tenebrooosooooo...Por Dios, estoy hablando solo. 

El pobre castaño estaba cansado de caminar, ¿por qué no había una especie de salida de emergencia por allí? Todo era tan irreal.

  — Si tan sólo pudie-...Qué...¿Qué fue eso?

En lo más profundo del bosque se habían escuchado unos pasos, esa no podía ser buena señal.

—  Q-Quién sea que esté allí...salga ahora o...¡ O voy a matarlo! 

No hubo respuesta. Chara se estaba poniendo de los nervios, sólo podía esperar que aquel camino acabara.

Nieve...nieve...más nieve, un palo en el suelo que en cuanto lo pasó fue roto de forma misteriosa. Iba a morir.

  — ¡Es suficiente!

Exclamó apresurando su paso. Finalmente, no muy lejos había alcanzado a ver una especie de puente y entonces...se detuvo. Escuchó una voz.

— Humano...

— E-Eh...

— ¿No sabes cómo saludar a un nuevo amigo? Toma mi mano...
—  ¿P-Perdón...? 

—  Te lo mostraré.

Tragando saliva lleno de nervios, el chico acabó cediendo ante la petición de aquel ser misterioso y...alto. Respiró profundamente y en cuanto estuvo por darle la mano...