Sus ojos al principio fueron una común piedra,
mas con el pasar de los días algo cambió.
Sus ojos se convirtieron en las más valiosas perlas,
unas tan brillantes que cualquiera desearía obtener.
Esas piedras preciosas eran las más bellas que había conocido,
eran como si las almas divinas hubieran unido todas las cosas más maravillosas,
en tan solo un par de ojos,
ojos grandes como la luna,
ojos brillantes como el sol.
En tan poco tiempo se había convertido en mi todo,
en lo más importante que creía poseer.
Incluso sabiendolo, cometí un error.
Yo luché por mi propia felicidad,
pero jamás pensé en la suya.
Ese hermoso par de perlas,
ese par de piedras preciosas,
ya no iluminarían mi día a día con su mirar,
Como la luna solía iluminar al mar.
Sus ojos al principio fueron una común piedra,
mas con el pasar de los días algo cambió,
ese par de piedras se convirtieron en las más valiosas perlas,
valiosas perlas que por mi avaricia,
jamas podría recuperar.
-Ela.
