Capítulo 6 - "En casa del extraño [parte 2]"

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Capítulo 6 - "En casa del extraño [parte 2]"

- ¿Dónde estás y qué estás haciendo? - es lo primero que dice al contestar, con la voz entre preocupada y seria.

- Hola, querida amiga, ¿cómo estás? Pues muy bien, ¿y tú? Bien, ¿encontraste alojamiento ya? Oh, claro que sí, gracias por preguntar - le digo imitando dos voces a la vez.

- Respóndeme.

- Sólo te llame hace un par de horas.

- Deberías hacerlo por minuto, ahora dime.

Doy un suspiro.

- Pues, por fin estoy literalmente recostada en una cama, solo que chilla como un cuervo.

- ¿En dónde te quedas?

- Ningún lugar en especial.

- ¿Qué?

Mi mente entra en debate por decirle o no decirle todo lo que pasó, pero finalmente opto por que sí, ya que mentir no me llevará a nada.

- Bien, escucha. Estaba saliendo del terminal...

Le expliqué todo, como si estuviera leyendo parte de una historia. Obviamente me salté algunas partes innecesarias, como que conocí a a Arnold, que Nath tiene unos hermosos ojos azules y un acento inglés sexy.

Ok, no andaré con rollos, su voz es sexy. No me molestaría que me llamaran a las 3 a.m. diciendo que me están observando si lo hacen con su voz; en fin.

- Guau... - es lo único que dice cuando termino de hablar.

- Lo mismo digo... guau.

- Espera, déjame procesarlo.

- No lo lograrás, porque ni yo lo he hecho.

- ¿Ya se lo contaste a...

- ¡No le digas a nadie! - la interrumpo casi gritando - Por favor.

- Pero...

- Traeré todo el tofee y cada maldito dulce inglés que mi bolsillo pueda comprar, sólo para ti.

- Eh... ni siquiera pensaba en decirle a alguien, pero si insites - dice riendo.

- Gracias - me contagia su risa.

Si es posible sobornar a Kayla, es con dulces, y obviamente con dinero, pero esa es una segunda opción. Hablamos por un buen rato más, y después de colgar pienso en llamar a Spencer, pero estoy muy cansada.

Así que le envío un mensaje diciendo que estoy bien y que me iré a dormir, para luego apagar el móvil.

Miro a mi al rededor, ¿qué pasa si hay cámaras?

Bien, me estoy poniendo paranóica, nadie sería tan enfermo para hacer algo así; pero de todas formas, prefiero no desvestirme. Llevo unos jeans elásticos muy cómodos y una camiseta suelta, lo que no me molestaría en absoluto para dormir.

Entonces me meto bajo el edredón y me recuesto de lado, esperando quedarme dormida con el sonido de la lluvia.

(...)

Un fastidioso rayo de sol me cubre la cara, lo que hace que me despierte. A pesar de que la persiana está cerrada, la luz entra por un lado en el que tiene un desgarre.

Me doy la vuelta para evitar el sol, y me encuentro con una cosa peluda y negra enrollada justo al frente de mi rostro.

Retrocedo bruscamente, soltando un grito ahogado. La cosa peluda se voltea, y veo que solo es un gato. Pero, ¿qué hace aquí?

Entre mi vida y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora