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Capitulo 7

Al abrir mis ojos y al despertar de una pesadilla una lagrima involuntaria salió de mi rostro al saber que estaba viviendo en otra. Baje a desayunar y como siempre mi madre, la cual ya había volvió de no sé dónde. Me vio con una mirada fulminante, trate de ignorarla y como ya era habitual le dedique una sonrisa falsa.

Desde que mi madre había vuelto todo iba de maravilla con mi padre y ella, pero nunca había olvidado la pelea de la otra vez y siempre se desquitaba conmigo a base de palabras hirientes y en algunos casos a base de golpes.

Trate de volver a ignorar a mi madre colocándome los audífonos y con pasos lentos me senté en el comedor para comenzar a desayunar. Tome los cubiertos y los hice sonar al ritmo de la canción. Después de unos minutos disfrutando del sonido de la música sentí que alguien me quitaba los audífonos y al voltear me encontré con mi madre con una cara que nunca había visto en mi vida. Era la primera vez que mi madre se enojaba de esa forma y la verdad era que me aterraba.

-¡OYE MOCOSA, TE DIJE QUE NO TE QUERÍA VOLVER A VER CON ESOS AUDÍFONOS!- su mano se estrelló en mi mejilla logrando que una lagrima saliera de mi rostro la cual retire al instante. Trate de tomar mis audífonos de la mano de mi madre, pero ella se adelantó y los rompió a la mitad. Eran los últimos audífonos, los cuales no estaban rotos. Otra cachetada provocada por mi madre aterrizó en mi rostro y esta vez más lagrimas, las cuales no logre retirar, salieron de mi rostro. Mi madre me tomo del brazo y clavó sus uñas en el, un dolor insoportable se posó en mi brazo y más lagrimas salieron de mi rostro.

-Me duel...- fui interrumpida por mi madre. -Cállate- dijo aún más furiosa. Más golpes de parte de mi madre en diferentes partes de mi cuerpo y en el lugar que hace unos años era lleno de risas ahora solo se escuchaban gritos y sollozos de mi parte. Alguien tocó el timbre, lo cual agradecí infinitamente y el rostro de mi madre cambio a uno de felicidad, el cual era obviamente falso y me dejo tirada en el piso con mi rostro lleno de lagrimas.

-dejaremos esto para después- susurro mi madre a mi oído. Todo el cuerpo me dolía, pero trate de ignorarlo y me abrí la puerta antes que mi madre para encontrarme con Luke y Edward y al verme en este estado su sonrisa se borro. Voltee a ver a mi madre y al ver su enorme enojo empuje a los chicos levemente para salir corriendo. Los chicos me siguieron, pero no quería dar explicaciones así que corrí más rápido y me metí en un edificio abandonado.

Al entrar un suspiro salió de mi boca, pero escuche que los chicos entraron al edificio, así que seguí corriendo, pero tropecé con algo y una cosa puntiaguda fue clavada en mi pierna, lo que hizo que no pudiera moverme. Después de un tiempo soportando el dolor supe que era hora de retirar esa cosa puntiaguda, así que con las manos temblorosas retire la cosa puntiaguda y un grito salió de mis labios. Otro grito iba a salir de mis labios, pero sabía que Luke y Edward iban a encontrarme, así que tape mi boca para evitar un grito.

Tenía mucho miedo y me dolía el cuerpo. En estos momentos necesitaba música para no sentirme así. Recordé la canción que canteábamos mi padre y yo cuando era pequeña, cuando no había problemas en la familia, así que comencé a cantar y más lagrimas salieron, sé que soy débil, pero no podía evitarlo al recordar los momentos felices. Al acabar la canción escuche unos pasos y al ver que eran Luke y Edward una sonrisa salió de mis labios, ya no quería escapar y ahora necesitaba su ayuda. Ambos me vieron algo aterrados. Con mi rostro señale mi pierna e hice una cara de dolor. Edward se quitó una parte de la playera y envolvió mi pierna con ella, él lo hizo con sumo cuidado y por primera vez en mucho tiempo me sentía protegida junto con esos chicos, los cuales había tomado mucho cariño.