Capitulo 8

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Nunca había experimentado un dolor tan fuerte como el que estaba experimentando en estos momentos, Luke y Edward al ver mi estado me abrazaron y una lagrima involuntaria salió de mi rostro.

-¿Puedes caminar?- pregunto Luke después de un rato de silencio. Negué con la cabeza. 

Los chicos me ayudaron a levantarme y con sumo cuidado logramos llegar a mi casa en donde me esperaba mi peor temor. Pare de caminar antes de llegar a la puerta de mi casa tratando de pensar en un plan para entrar por la puerta trasera sin que los chicos sospecharan. Sonreí al tener un plan.

-Mi madre no esta y la puerta principal esta cerrada. ¿Podemos entrar por la puerta trasera?- los chicos me miraron serios antes de asentir no muy convencidos.

Entramos a mi casa y las luces estaban apagadas, Luke iba a prender la luz pero se lo impedí con la escusa de que no funcionaba. Al estar en frente de mi cuarto les di las gracias a los chicos por ayudarme en todo momento, pero no les deje entrar a mi cuarto por pena. Cerré la puerta de mi cuarto pero olvide que no podía caminar bien con una pierna y caí al piso provocando un sonido ensordecedor. En menos de un minuto los chicos estaban ayudándome a levantarme y mi cara se puso roja a mas no poder. Escuche el cuarto de mis padres abrirse y en silencio maldije antes de meter a los chicos en mi armario. Mi madre entro a mi cuarto con una cara de entre furia y sorpresa, al ver mi pierna una sonrisa burlona salió de sus labios.

-Eso te pasa por estúpida- dijo mientras señalaba mi pierna. -En donde estabas?

-Fui-fui a la casa de una amiga- dije con nervios. Ella examino mi habitación en sumo silencio y tomo mis audífonos, trate de quitárselos pero ella me aparto con un empujón y con el mal estado de mi pierna caí al suelo. Ella me tomo del cabello y por alto reflejo escondí mi rostro con ambas manos. Un puñetazo cerca del ojo seguido de una cachetada fue lo que me hizo antes de reírse fuertemente e irse de mi cuarto con los audífonos en la mano.

Sabia que los chicos estaban en el armario y no quería que vieran mi mal estado, así que tome unos lentes que estaban en un cajón y me los coloque. Limpie mis lagrimas y abrí el armario con una sonrisa falsa. Los chicos no dijeron nada solo se quedaron viendo un punto fijo.

-Perdonen las molestias... creo que tendrán que quedarse aquí si no quieren que mi madre los vea- dije apunto de llorar.

Mire hacia el piso rendida y con el cuerpo doliéndome a mas no poder. Senti una mano en mi hombro, al levantar la mirada me encontré con Luke y Edward sonriéndome con preocupación y ahí es cuando comencé a llorar. ¿Porqué soy tan débil? Me hice esa pregunta internamente y al no obtener respuesta comencé a llorar mas fuerte por culpa de la frustración. Luke me quito los lentes con cuidado mientras que Edward se dedicaba a abrazarme.

-¿Quieres hablar sobre esto- pregunto Edward con la voz temblorosa. Negué con la cabeza y Edward me abrazo aun mas fuerte.

-Solo quiero escuchar música en paz, pero mi madre tiene mis audífonos- Luke me mostro una pequeña sonrisa y saco una pequeña bolsa con un listón a su alrededor de su bolsillo. -Esperaba entregartelo hasta mañana para darte una sorpresa, pero creo que ahora es cuando mas lo necesitas.- Me tendió la bolsa y sin esperar ni un segundo mas comencé a abrir la bolsa con sumo cuidado tratando de no romper nada, pero al ver el contenido de la bolsa mis manos comenzaron a temblar y una sonrisa que no podía borrar se poso en mi rostro. Sin pensarlo dos veces me abalance sobre Luke y le di un gran abrazo. -Gracias- susurre en su oído. Ambos nos separamos del abrazo y tome los pequeños auriculares que me había regalado mi abuelo antes de morir y los comencé a examinar tratando de buscar alguna falla, era como si todo esto fuera un sueño el cual nunca quería despertar. No lo podía creer, Luke había cumplido su palabra sobre reparar los auriculares, pero al recordar como aquellos auriculares fueron destruidos en muchos pedacitos la ultima vez que los vi. Una mueca se poso en mi rostro.  -¿Como rayos los reparaste?- pregunte y Luke sonrió ampliamente. -Tranquila, tengo contactos y además no fue tan difícil- logre ver cansancio en su rostro y desde ese momento supe que no fue nada fácil para el reparar aquellos auriculares.

-Bueno, creo que es hora de dormir- hablo Edward interrumpiendo aquel feliz momento. -Ya sabes tenemos escuela y hay mucho trabajo por hace...- interrumpí a Edward con un beso en la mejilla ya que estaba comenzando a balbucear. Me levante del piso y me di cuenta de que los chicos tenían que quedarse a dormir si no querían que mi madre los matara. -Siento mucho esto, pero creo que tendrán que quedarse a dormir- cerré los ojos esperando a que montones de quejas me atacaran, pero ninguno dijo nada solo asintieron con gran entusiasmo. Parecían mas felices que enojados. 

Me quede un rato pensando como íbamos a dormir pero me di cuenta de que la cama era lo suficientemente grande como para que todos pudiéramos dormir en ella. Satisfecha con mi idea me acerque a la cama y comencé a retirar todos los peluches que estaban sobre ella, cuando termine ambos chicos lograron comprender lo que quería. Me acosté en medio de la cama y cada uno de cada lado mío. Cuando cerré los ojos sentí como Edward me tomo de la cintura mientras que Luke abrazaba uno de mis brazos como si fuera un osito de peluche, ambos mostrándome total protección con sus acciones. 

Escuche como mi teléfono vibraba y con sumo cuidado tratando de no despertar a los chicos prendí el teléfono. Un mensaje de mi acosador había llegado.


MI ACOSADOR: BUENAS NOCHES PRINCESA. <3   



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