XXVII

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Al parecer a él también le mencionaron que éramos novios- lo que es mentira- porque el otro día al verme me saludo.

-Hola, querida novia- me abrazó, al separarnos lo mire extrañada.

-¿Como?-

-Ya sabes, todo el mundo cree que somos novios- deje caer mis hombros con pesadez.

¡¿PORQUE LA GENTE ES TAN METIDA EN LA VIDA QUE NO ES DE ELLOS?!

***

Al día siguiente.

Estaba en clase tocando el redoblante por una pieza que no me lograba salir y el director- que es un compañero más avanzado- estaba indicándonos que hacer. Lo hice mal y me di cuenta de mi error, El me vio y negó con la cabeza.

Cuando hago algo mal, lo sé, me doy cuenta, no soy estupida. Y me molesta que la gente piense que no me doy cuenta.

El vino a mi lado y puso las baquetas sobres las mías y resonaron en el salón, haciendo que el director me viera mal, lo empuje a un lado y me empezó a pedir perdón.

En esa, de tantas pedirme perdón, me tomó por los brazos y me recostó contra la pared mientras me abrazaba, yo tomé su cuello para no caerme, pero con la otra mano intentaba alejarlo.

Cualquiera que nos viera en esta posición pensaría algo muy comprometedor.

-Ya, en serio, ¡Déjame!- le o aleje y lo ignore el resto del día.

Al salir, estaba hablando con mi profesor, dije algo chistoso- gracia y encanto natural- y él me abrazo.

-Es bueno tener personas como tú aquí- el paso por nuestros lado y nos miró mal.

-Chao- dijo ansioso.

Sin embargo, yo le respondí de una forma un poco más seca.

-Chao- ignorándolo.

Y la chica que estaba con nosotros empezó a reír, mi profesor no se dio cuenta pero ella sí.

En momentos así, me gustaría no tener nada en que pensar.

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