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—¿Cómo es que comenzaste a salir con Matt, Alena? —oh si, señoras y señores, Alena Margaret Monroe está charlando con la psicóloga de la universidad.

—Bueno, verá...

6 años antes

—¡Salimos de esta pocilga! —el grito de mi mejor amigo se hizo escuchar.

—Matt, cállate —golpeé su hombro—, aún nos quedan unas horas.

—Auch.

—Uy, que nena eres.

—Soy una nena candente —subió y bajó sus cejas.

—Claro que sí, fortachón.

—Deja de ver Hércules...

—Jamás.

—¡Fox y Monroe! —miramos al pizarrón— ¡Tomen sus cosas y vayan con el director!

—Esto es tu culpa —me pegó en la frente con la palma. No me quedé atrás y le pegué en la nuca.

—Jejeje —salí primero y caminé lentamente hacia la dirección.

—Espera —me abrazó por los hombros y caminamos así hasta ese frío y oscuro lugar.

—¿Otra vez? —nos miró la secretaria del director con decepción.

—Ya sabe cómo es la profesora Thellar.

—Es una buena profesora, chicos...

La graduación no estuvo mal, todo el tiempo, Matt estuvo molestando a Marc, mi amigo de travesuras. Bueno eso fue antes de reencontrarme con el idiota.
Nuestros padres se saludaron con simpatía, mamá es mejor amiga de su mamá y papá es el mejor amigo de su papá, así que íbamos a volver como fuera. Liana apareció con un ramo de rosas rojas y sollozando. Corrió a mis brazos.

—Prométeme que estaremos siempre juntas, Alf... —oh no, oh no.

—No me hagas llorar, torpe —comencé a llorar y la abracé con más fuerza.

—Hey, no me dejen atrás —Matt se unió al abrazo.

—Alena, recuerda que debes contarle a Liana nuestro plan.

—¿Qué? ¿Se irán y me abandonaran? —sollozo más fuerte haciendo que tres pares de padres nos miraran.

—No, boba, mis padres decidieron adoptarte... —subí y bajé mis cejas.

—¿Qué?

—Bueno, como siempre estás aburrida y solitaria —mi padre me golpeó mientras fruncía el ceño.

—Sé más delicada, torpe.

—Bueno, el punto es que..., queremos que vengas a vacacionar con nosotros en casa de mis abuelos.

—¿Enserio?

—Si —dijeron mis padres. Liana tomó su celular y marcó a su madre.

—Mamá, iré con Alena a ver a sus abuelos... Bien, adiós.

—¿Y?

—Me enviaran dinero... —se encogió de hombros sonriendo.

Presente.

—Eso no me dice como es que comenzaron a salir, Alena...

—Oh cierto, ya iba al punto... Un momento, ya recordé a Marc... Cambió bastante.

—Alena, te quedan 10 minutos...

6 años atrás.

—Mamá, saldré a una fiesta con Liana, irá Matt.

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