♥BlackHeart♥ (Editando)

Muere

Hace 4 años.

―Se lo pido, perdóneme ―le dijo un pirata, quizá ese perro estaba bajo las órdenes de alguien a quien quería enviarle un mensaje―. T-tengo fa-familia... ―dijo aterrado.
Si tan sólo él supiera, sobre el mundo... sin la mierda y las mentiras. Akainu le había separado de su hermano mayor enviándolo con otra familia sin memoria, a otra isla y jamás volvió a saber de él.
Su otra hermana pequeña murió por una rara enfermedad. Únicamente había quedado ella con su madre, la ex shichibukai y su abuelo, uno de los cinco importantes nobles del Gorosei.
―Ahh~ ¿de verdad? ―habló ella inexpresiva, las pérdidas que había tenido de pequeña le arrebataron las emociones e ilusiones a sus quince años―... en mi informe no venía ningún dato que te confiriera el estatus de «familia», Hasurā.
El hombre se sorprendió que supiera su nombre. Era cierto que solo era una niña de quince años, pero era una asesina aspirante a shichibukai consumada.
Caminó hacía él que retrocedía desesperado, el borde de su capa besaba el suelo de madera impregnado de sangre, las sillas y los muebles del salón estabas tirados por toda la habitación en señal de una pequeña resistencia por parte de su presa.
El rechinar de sus pasos sobre los tablones de madera lo aterraron más, veía que temblaba sin control pues se detuvo justo frente a él con toda su impotencia y aura maligna, rodeándole en formas de pequeñas espirales.
Hubiera podido salvarlo... pero era un perro al servicio de Sakazuki, su cabello rodeaba su rostro por la repentina energía estática.
Se había convertido en una criminal... en una asesina fría, en algo que odiaba más que otra cosa, o quizá menos que a su padre. Porque a él lo detestaba incluso antes de saber que era su padre.
―Eres un imbécil si piensas que me creeré tus mentiras ―puso su bota sobre el pecho de Hasurā dándole una patada que lo hizo golpearse contra la pared, si había algo en ese mundo que odiaba, era eso...
Las mentiras, los criminales, su padre...
Sangre y tinta manchaban las paredes, con sus nudillos ensangrentados, intentaba continuar esperando que eso no fuera un error. Pero en términos de eliminar basura... no había margen error.
―Dale mis saludos a tu familia que pronto se reunirá contigo... ―el hombre no pudo suplicar por que su cabeza estalló, manchando la cara de (...) con sangre y la pared de sesos.
Alrededor suyo se veían figuras traslucidas que le rodeaban en un pequeño tornado, su mirada era aterradora. Cada vez estaba más cerca de su objetivo.
Muy pronto... muy pronto volvería a ver a su «querido» padre y le daría el saludo que tanto deseaba.

MarineFord.
Actualmente.
PO Ace.

La vi levantarse, y al darse la vuelta, pude ver las letras que iban bordadas en la parte trasera de su capa, ponía «Familia Kōtei». Era una tenryuubito.
―¿E-eres un miembro de la familia Kōtei?
―Ah, eso, bueno si ―contestó sonriendo de lado sin darle mucha importancia a pertenecer a esa clase noble― ahora si me disculpas, debo aniquilar a las basuras que andan por aquí ―me dijo con mirada malévola mientras.
―«Eso nunca lo mencionó» ―pensé al verla con esa capa.
Si no me equivocaba era muy similar a la que utilizan los nobles del Gorosei, el Gorosei estaba compuesto por cinco familias de las que se sabe muy poco... pero la familia Kōtei es muy poderosa e influyente.
Era una noble tenryubito muy importante y no me di cuenta de eso antes... Será que ella...
―Pero antes de darle por culo a ese perro... ―ella se dio la vuelta y me sorprendí porque se lanzó a mis brazos―. No vuelvas a asustarme de esa manera ―me susurró al oído, sabía que aunque por fuera no tuviera expresión alguna, estaba afectada por haberme visto muerto, le rodee la cintura con mis brazos y aspiré su delicioso olor.
―Te dije que... ―no pude decirle nada porque me silenció con un beso.
Cuánto había esperado por volver a sentir esa gloriosa sensación de saborear sus labios.
―Antes que volvamos a nuestra plática de «te dije que no vinieras detrás de mí» tengo un pequeño asunto entre manos ―me dijo después de que nos separamos.
No nos importaba nada que alrededor nuestro todos estaban con caras sonrojadas, Hancok parecía estar emocionada... Realmente me parecía que había muerto y estaba en el cielo cuando ella estaba entre mis brazos.