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La ciencia había avanzado lo suficiente como para construirme un miembro, era costoso, bastante, así que lo consideraba fuertemente. Por convención social un hombre debe tener pene, yo no tenía uno, por consiguiente no lo era...

Hubo dos cosas que cambiaron en esa época, una fue que mi nombre había sido cambiado por fin, oficialmente dejaba atrás a mi viejo nombre y la otra fue...

—¿Sehun, eres tú? — volteé a ver quién me hablaba. Me encontraba en la pequeña cafetería que se encontraba cerca de la universidad tomando un bubble tea y cuando escuché aquella voz, sentí que tenía 13 años de nuevo.

—¿Lulú? — ella asintió mostrando una gran sonrisa.

Fue amor, completamente amor. Porque luego de tantos años, nos llamábamos por los nombres que nos habíamos inventado y cuando nos rencontramos, ya estábamos en nuestro caminos y cuerpos verdaderos que reconocimos al instante.

Lulú me contó su experiencia, el cómo sus padres se habían divorciado y que la persona que le apoyó en su cambio de sexo fue su papá. Me sorprendí bastante cuando me lo dijo puesto que no me esperaba eso del señor Xiao, pero al parecer el divorcio le sentó bien. Ahora, luego de un drástico cambio, Lulú tenía un hermoso cabello castaño que caía hasta su cintura, un cuerpo que cualquiera envidiaría y muchas cosas más, sin embargo su bello rostro seguía ahí.

Ese día, estuvimos hablando hasta muy tarde en esa cafetería, recordando muchas cosas y olvidando que teníamos clases.


La Pareja Perfecta ➤ HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora