STAIRS

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Truenos acompañados de relucientes luces en el cielo, llenaron la tarde de aquel día agotador y raro.

El gran edificio “Stark” se encontraba casi en silencio, de no ser por todos nosotros, que causábamos pequeños ecos contra las paredes de aquel gran edificio.

Decididnos quedarnos en la segunda planta, no queríamos jugarnos más el pellejo. “Stark” tenía muchos empleado y más que seguro que habrían algunos en los pequeños despachos, pisos más arriba.

Rubén y Mangel habían vuelto, con dos mochilas repletas de deliciosas patatas casi por caducar, bebida, tés de todo tipo, e incluso alcohol.

No podía parar de pensar en todo lo que había pasado durante el día y sobre todo, de la parada en la farmacia, junto a Samuel. Aquel hombre me tenía totalmente alerta.

Sus palabras me causaban dolores de garganta y solo recordar su mirada de alguna forma dolorida, como si su alma hubiera sido maltratada en el pasado. Me causaba malestar.

Los chicos hacían el tonto en el centro de la gran sala, con ventanales de cristal. Mangel y Rubén decían tonterías sin parar mientras los demás se reían.

Samuel estaba en una de las esquinas, mirando por el ventanal, donde se observaba las calles vacías y oscuras, con pequeñas luces en el cielo que creaban vida en el exterior.

Empecé a sentirme mal, la cabeza me daba vueltas, supongo que el cansancio me estaba jugando una mala pasada. Se oían las risas de los chicos. Necesitaba silencio ,al menos un momento de dulce silencio.

Cogí mi chaqueta granate de la mochila. Salí por una de las puertas que daban a las escaleras centrales. Mire hacia arriba y luego hacia abajo. Ningún sonido. Genial, lo que mis oídos necesitaban.

Me apoye en aquella fría pared gris y agrietada. Metí mis manos en el bolsillo de la chaqueta. Mi mano choco contra la caja de condones, me reí. Me quede embobada mirándola.

Mientras mis pensamientos se extendían hacia esos problemas que no deseaba recordar. Guarde la caja, observe mis muñecas y acaricie aquel reloj plateado de mi hermano. Moriría por poder volver a verlo.

Sonó el chirrido de la puerta, apareció Willy con una botella de agua casi llena en su mano, sonrió ampliamente al verme y parecía algo aliviado.

Willy-Estas aquí.-se acercó mientras apretaba la botella.

Mike-Si, estoy aquí.-Me reí y luego mi mirada se centró en un punto invisible de pensamientos.

Willy-¿Y qué haces? ¿En qué piensas?-Se colocó a mi lado, mirando al mismo punto inexistente.

Mike-En muchas cosas.-Le miro-Ahora nuestra mente es el único lugar seguro donde recordar algo que jamás perderás.

Willy-Tienes razón.-Su mirada choco contra la mía.-Todos tenemos a alguien a quien visitamos solo en nuestros sueños.

Mike-Si-Le sonrió tierna y aparto la mirada.

NUKETOWN   (Youtubers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora