Nota 33

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Llovía ese día.
Roni caminaba a su casa.
Todo estaba en silencio, solo se escuchaba la lluvia caer, y el sonido de sus pasos pisando charcos.
No...Eran más, no sólo eran sus pies.
Roni paró para escuchar mejor.
Si,alguien corría.
-¡Roni! -Gritó alguien
Roni se giró, y ahí estaba el, Elías, corriendo en medio de la lluvia.
Elías soltó su mochila, sin importarle que se mojara.
Y corrió...
Corrió hasta caer en los brazos de Roni.
Al sentir sus cuerpos unidos, sus almas latiendo a un mismo ritmo, Roni dejó caer sus lágrimas, las
lágrimas más sinceras que se habían visto.
El abrazo no se deshizo hasta que la lluvia comenzó a cesar.
Elías se apartó, y puso sus manos en las mejillas de Roni, limpiando sus lágrimas con sus pulgares.
-¿Cuánto me amas?
Preguntó Elías acercando su frente a la de Roni.
-De aquí hasta el cielo.

Roni no soportó más, y lo hizo.
Besó esos labios que le encantaba mirar, quería saber como se sentirían sus labios pegados a los de el.
Y ahí estaban, por fin, como lo querían, nadie les arrebataría el amor que ahora dejaron florecer.
Nadie en el mundo.
Ahora sus corazones eran uno.
El dolor de Roni era el dolor de Elías.
Vivían una misma batalla.
Una misma vida.
Esto era por siempre.
Y apenas comenzaba todo.

De aquí hasta el cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora