Capítulo 3.

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"Aléjense, PlayBoy's."

Fruncí el ceño y miré a Nick.

- Chicos. -Anunció él- ella es nuestra nueva compañera.

¿Es en serio?...

•••

- ¿Viviré aquí...con ellos? -Miré al castaño con horror, que estaba posicionado al lado mío de brazos cruzados, con una sonrisa dibujada en su rostro. Esto debe ser una broma.

- Hola. -Sonrió coquetamente uno de los tres monos al frente mío, era demasiado guapo, de mi altura, aproximadamente. Me guiñó el ojo-. Con que nueva compañera... ¿Eh?

- Con que el imbécil de la casa... ¿Eh?

"Wow, tranquila. Demuéstrales que no eres fácil pero tampoco imposible." -Me sermoneó mi consciencia.

Pero de eso se trata, cero amor, consciencia tonta que se sale del plan. 

- Eso dolió. -Dijo el mismo y se llevó una mano al pecho fingiendo dolor.

- Soy Ethan. -Saludó otro que estaba más atrás y apenas lo había notado-. Ethan Brook.

¿Qué no hay un chico feo en esta casa?

- Helena Blake. -Le dediqué una sonrisa. Era muy tierno Ethan, comparado a sus compañeros. Aunque aún no los conozco, no voy a juzgarlos.

- Luke. -Dijo el anterior-, Luke Mitchel. -Hizo un baile con sus cejas a lo que rodé los ojos.

- Derek Walker. -Se presentó el tercero, con una sonrisa amigable.

Intenté memorizar sus nombres.

- Espero que te guste tu estadía aquí. -Dijo el Ethan, con voz dulce.

- Oh, le encantará. -Sonrió Luke, con arrogancia.

Me crucé de brazos. Esto no puede ser verdad, repito: debe ser una jodida broma.

- ¿Es legal que tenga que vivir con cuatro adolescentes hormonales en una misma casa?

- No lo sé, pero es lo que te tocó. Cualquier chica en tu lugar estaría chillando de felicidad. -Canturreó Nick.

¿Y éste qué se cree?

- Perdón por no ser zorra y abrirme de piernas a cualquiera. -Lo miré desafiante.

Ethan y Derek soltaron unas carcajadas.

- Uh, ya lo veremos. -Soltó Nick, con una mirada malévola. Juro que parecía un psicópata.

- Sobreviviré si es que tienen pantalones. -Bufé.

- Creo que tengo uno. -Dijo el tal Luke pensando. No, definitivamente no me puedo quedar aquí.

- ¿Y qué esperas? ¿Una invitación? -Pregunté algo fastidiada.

- Si quieres darme una... -Sonrió coquetamente.

Antes de que pudiera contestar, un hombre que supongo, es el director, entró a la residencia.

- Buenos días. -Nos sonrió, luego miró a los chicos, quienes estaban algo apenados por su estado.

Nick, mordiéndose el labio, aguantó la risa, –ya que era el único con ropa–.

Los tres monos en bóxer's salieron corriendo antes de que el director pudiera decirles algo, y al rato aparecieron con pantalones y remeras.

Gracias, Dios.

"Límpiate la baba, Blake" –Hablo mi consciencia.

No estaba babeando... No, creo que no.

- Lamento que haya tenido que caer en esta estancia, señorita Blake. -Se disculpó el hombre.

- ¿No hay manera de cambiarlo? -Le pregunté esperanzada. De verdad que no puede ser verdad esto.

¿Dónde está la cámara oculta?

- Por el momento... No. Todos los lugares están ocupados. -Me sonrió con tristeza.

- ¿Todos? -Insistí.

Suspiró. - Todos.

El Director me pasó todos los datos que necesitaba saber para cuando empiece la escuela: reglas, horarios, zonas restringidas, etc. Luego de 15 minutos, se fue y me quedé con los cuatro orangutanes.

Fui a mi actual habitación, era bastante amplia y moderna. Me agradaba mucho y creo que no me costaría nada adaptarme a ella.

Me puse a desempacar, guardé mis pantalones de un lado del armario, mis remeras de otro, al medio las camperas. En uno de los cajones, mi ropa interior, en otro cajón, la ropa para salir. Los zapatos abajo. Empecé a ver que no me faltara nada... Creo que no.

Conté todo, pero tenía la sensación de que sí me faltaba algo.

Fui a la cocina y me encontré con la última imagen que querría ver en el mundo.

Luke, parado en la mesa, con mi corpiño puesto arriba de su remera, cantando Wrecking Ball de Miley Cyrus.

"Cuenta hasta diez, no, mejor hasta treinta... Al diablo, cuenta hasta mil." -Propuso mi consciencia.

Este va a ser un año muy largo...

Luke en multimedia.

______

Bueno, acá esta el capítulo 3.

Espero y les guste.

Aléjense, PlayBoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora