"Another Ways" es un tipo de pub que nunca pensé que encontraría, pero confiar ciegamente en las palabras de un amigo siempre me habían llevado a los lugares más inesperados. "Será una noche de tranquis" me dijo. "No beberemos mucho" me prometió. A lo mejor no debería hacerle tanto caso.
Lo importante es que ya no había vuelta atrás. Llevábamos casi todo el día fuera y aún era relativamente temprano, hacía tan solo unas tres horas que se puso el sol, pero ya me sentía tan reventado como si estuviese a punto de amanecer. Y todo ocurrió por culpa de las malditas copas que me trajo el mencionado colega: "Mick, prueba esto, yo lo probé el otro día y me encantó". No se qué llevaría esa mierda que me dio, pero estoy convencido de que él tampoco la había probado antes, no es la primera vez que me hacía eso. A decir verdad no me habría importado tanto si después de bebérnoslas no se hubiese ido a su bola dejándome solo en medio de la multitud. Todos se movían demasiado, bailando sin parar. "¿No se cansan?" Pensé. Lo peor fue que, a lo tonto, se me pegó el ritmo en el cuerpo y casi sin darme cuenta acabé moviéndome ridículamente también.
Another Ways, para que te hagas una vaga idea, es el típico pub lleno de luces, con su larga barra de bar tras la cual vitrinas bajo luces ultravioleta guardan múltiples botellas listas para brindar a su consumidor una embriagada pero buena noche en la medida de lo posible. El típico pub con su gran pista de baile en el centro del local bajo una enorme bola de discoteca blanco de un gran número de focos, justo enfrente de un alto escenario pensado para conciertos de grupos independientes de la ciudad. Para serte sincero, es un tipo de lugar que me encanta. Pero la música solía ser bastante mala. Los grupos que tocaban allí, como decirlo... les faltaba chispa.
Aún así, he de admitir que la canción que empezó a sonar en ese momento... tenía un sonido cautivador impropio para los grupos que frecuentaban tocar allí. Incluso podría decir que me animó en gran parte la noche. "Quizá sea el comienzo de algo bueno" pensé. Y la cantante... ¡Wow! Era un bombón de chica, con ese pelazo naranja. Menuda voz tenía, mucho más innata que cualquiera que hubiese escuchado antes en directo, habría hipnotizado a cualquiera. De hecho, creo que fue precisamente lo que consiguió en mí. "Qué suerte debe tener quien la bese" seguía pensando, y aún no había terminado de perderme entre mis fantasías cuando...
- ¡Tíooooo! -Me llamaba alguien-.
- ¡Julián, has vuelto! Escucha que canción tan pegadiza, yo...
- Toma más de lo de antes, estos me los ha dado un amigo -entonces, levantó en cada mano un chupito con una sustancia rosa bastante familiar.
- ¿Qué? Ah no, yo no voy a tomar más de esa mierda, en serio, ¿Qué coño lleva?
- Creo que se llama Pink... Pink no se qué... pero está buena.
- Pues bébetelo tú o dáselo a alguien, ¡No voy a tomar más de eso, macho! Ya voy bastante mal como para...
- Que sí tio, toma -sin dejarme terminar, finalmente me hizo coger el chupito-.
- Pfff, bueno... -entonces, le dí un trago. Había algo raro esta vez, su contenido era un poco más... efervescente-.
- Oye, ahora vengo -Me contestó mientras cogía mi chupito y se volvía a perder entre la multitud-.
- ¡Joder... espera!... ¿Qué llevaba puesto en la cabeza?El ligero mareo que uno siente al beber más de la cuenta me impidió seguirle. Sigo sin entender qué clase de bebida era aquella, pero los colores de pronto se volvían más intensos y los sonidos, estridentes. Todos, salvo un sonido en especial. En ese momento volví a mezclarme, casi sin querer pero queriendo hacerlo muy fuerte en el fondo, con toda la multitud que bailaba en el local. Comencé a caminar hacia atrás lentamente, mientras bailaba intentando seguir el ritmo de la canción, pero conforme retrocedía, los hombres me golpeaban con los hombros y las mujeres con las caderas mientras realizaban sus movimientos de baile.
En el fondo, una sensación relajante me invadió, hasta que choqué a la altura de los codos con algo y, al apoyarme con las manos toqué algo, algo vibrante. Me dí la vuelta y muchísimas luces desde varios sentidos me cegaron momentáneamente. Era el escenario. "No I won't, no I won't, no I won't, I won't let you move that waaay... " cantaba la chica, mientras me miraba extrañada y contoneaba el cuerpo al ritmo. Yo miraba con los ojos entreabiertos por la luz y pestañeaba mucho, por unos momentos, sorprendido, más en poco tiempo volvía a caminar despacio hacia atrás, girándome lentamente para volver a perderme entre toda la gente.
- Mick, espera.
- Eh... ¿Julián?
- Macho, ¿A dónde habías ido?
- No me he movido de aquí en ningún momento.
- Tenemos que salir fuera, he perdido el móvil.
- ¿En serio? ¿Otra vez? ¿Cuántas van ya?
- Ya tío, lo he dejado un momento en la barra y de repente, ¡AH! -hizo un gesto espontáneo con las manos- ya no estaba. Vamos fuera, déjame el tuyo que tengo que llamar a mi hermano.
- Ah... -suspiré- Está bien, venga.Mi capacidad para razonar estaba bastante reducida, por lo que preferí no discutirle sus descuidos... otra vez. Una vez fuera, el frío me golpeó la cara, mientras él llamaba a su hermano. Desde fuera aún podía escuchar la canción, que seguía sonando. Era realmente buena, aún tengo la melodía en la cabeza todo el rato.
- Intenta darte prisa Julián, me voy a pelar de frío -le apresuraba-.
No sirvió para nada. No solo no paraba de hablar sino que incluso se iba alejando cada vez más del local... eso no llevaba a ninguna parte. Decidí meterme de nuevo dentro del local para no pasar más frío fuera y, nada mas entrar... el sonido, las vibraciones, los colores... todo de nuevo inundó mis sentidos. Noté entonces la llamada de la naturaleza cuando una presión en la vejiga me pedía orinar, por lo que, ya poniéndome más cómodo, colgué la camisa verde a cuadros de una percha y bajé unas escaleras hasta llegar al baño. Al terminar de cumplir, me recuerdo enfrente del espejo mojándome la cara, intentando espabilarme un poco, pero me costaba distinguir las formas. En uno de los inodoros había una pareja follando, lo sabía porque su puerta no dejó de temblar y sus gemidos extendían mi imaginación. Me ponían nervioso, aunque quizá es porque ya no me sentía tan tranquilo. Incluso la memorable canción que llevo mencionando todo el rato, terminó.
Pero sin duda, fue emocionante cuando salí de allí tras secarme las manos y noté el susurro de una chica cerca de mi oído izquierdo que me puso la piel de gallina. El excitante calor del aliento de una chica al roce con mi oreja. No entendí lo que me susurró, pero cuando me giré me dí cuenta de quién era. Nada más y nada menos que la cantante del grupo de aquella memorable canción.
- ¡Hala! Me he equivocado, perdona jajaja -su sonrisa era fantástica-.
- Ehm... no pasa nada.
- Oye, ¿Tú... no eras el tío raro que me miraba desde la pista?
- ¡!¡! No soy raro, solo estaba un poco perdido.
- Jajajaja, ya, suele pasar. ¿Cómo te llamas?
ESTÁS LEYENDO
Insano
Short Story"Another ways", el pub, siempre fue solo eso, un lugar donde pasárselo bien. Eso consiguió Mick, un chico cualquiera con una camisa verde a cuadros cuando, una noche, embriagado por su amigo, conoció a una chica con un atractivo cabello naranja.