Me ilusione.

Te Quiero

Sinceramente es el mejor beso, no hay comparación con los anteriores.

Muevo mis labios suavemente, el hace lo mismo, es tan perfecto.

Simplemente esto esta a otro nivel.

-No me muerdas. -dije en medio del beso, aunque me gustó pero a la vez me dolió.

-Después te gustará que lo haga.

-Puede ser. -le guiño el ojo.

Me cogió de la mano y empezó a caminar.

-¿A dónde vamos?

-Ya lo verás.

Esta misterioso, no puedo adivinar lo que trama.

Solo seguí caminando hasta que el se deteniera.

Caminamos por el parque, justo donde esta el césped y algunos árboles alrededor, pero había uno que estaba marcado.

Tenía una cinta roja ahí.

Caminamos hacia el árbol.

Puedo visualizar que ahí hay una notita, me acerco a cogerla.

Lo miró para ver si la puedo leer o no.

-Lee lo que esta ahí. -dijo el con un tono bajo.

"Quieres ser mi enamorada"

Solo lo mire y me quedé callada, como si lo estuviera pensando pero en realidad no lo hacia solo estaba asombrada.

Seguí por un momento así.

Después solo lo miré y me lancé a abrazarlo, mientras que le susurraba al oído.

-Si, si quiero ser tu enamorada.

Aunque, enamorada me parece raro, no lo sé, es un término más formal.

No se como explicarlo pero así lo siento.

Después nos quedamos viendo y sonreímos al instante.

-Te quiero preciosa. -es lo más sincero que he escuchado.

-Te quiero Martín, siempre lo haré.

Sentí que esas palabras venían desde el fondo de mi corazón, ni si quiera lo pensé, fue algo tan espontáneo, tan natural, tan yo.

-Me haces inmensamente feliz.

Me quedo callada, simplemente esto fue lo que arregló mi día.

-¿Quieres ir a donde nos conocimos preciosa?

Asentí, lo agarré de la mano y salí corriendo.

Nos quedamos sentados un buen rato ahí, sin decirnos nada.

Lo que más me gustó es que el silencio no fue incómodo, mas bien fue muy agradable.

-Eres más de lo que yo esperaba.

-No digas eso.

-Claro que sí, eres divertida, tienes buenos sentimientos, inteligente, hermosa, y muchas cosas más.

-Tú también me haces reír, eres tierno, hermoso, caballero entre muchas otras cosas más.

-Te quiero por ser como eres.

-Yo mucho más.

-¿Tienes hambre?

-Un poquito. - La verdad es que ya se ha hecho muy tarde y me muero de hambre pero quiero estar con el.

-Vamos, yo invito. -dijo con ese tono de voz que me fascina.

-Esta bien.

Fuimos a un lugar cerca, ya que parece que los dos moríamos de hambre.

-¿Qué harás más tarde?

-Tengo que ir a ver a mi mamá al hospital, creo que la van a dar de alta hoy.

-¿Puedo acompañarte?

-Creo que no será un buen momento para presentarte a mi madre. Debe estar cansada por lo del hospital.

-Tienes razón, lo siento preciosa, otro día será.

-Ya lo planearemos hermoso.

Seguimos comiendo, disfrutando de las hamburguesas que habíamos pedido y hablando de estupideces que nos hacían reír.

No se si era el chico que era indicado para mi, solo sé que disfrutaba mucho de su compañía y creo que eso era suficiente para mí.

Creo que estar a su lado era lo que me hacía falta, conocer nuevos sentimientos que aún no había logrado descifrar con otros chicos que habían pasado por mi vida.

-Tengo que irme, no quiero que se me haga tarde hermoso.

-Tengo una idea.

-¿Cuál? -Le dije emocionada.

-Te acompañaré hasta la puerta del hospital y de ahí me marcharé y podremos pasar más tiempo juntos.

-Esta bien -Lo abrace muy fuerte.

Eran de esos abrazos que te llenan, como si te reconstruyeran las partes rotas que tengas.

Me agarró de la mano y fuimos a esperar un taxi, pero no había ninguno cerca así que seguimos caminando hasta encontrar uno, pasó un buen rato hasta encontrarlo.

El como un buen caballero me abrió la puerta, yo entre y el taxista nos dijo hacen una hermosa pareja, yo me sonroje inmediatamente.

-Ya estamos cerca precioso, gracias por acompañarme.

-Sabes que es un gusto para mi estar cerca de ti lo que más pueda. -Y me me besó en la frente.

Dicen que los besos en la frente significa protección, eso me lo han dicho siempre y eso me me gusta.

-Es hora de irme precioso.

-Te quiero mucho, cuídate, me llamas cuando llegues a tu casa.

Entró al hospital y me encuentro con Diego.