Bruno P.O.VEsa noche había estado terminando el trabajo... Para que se me acabara la batería del portátil justo cuando solo me quedaba probar la reproducción de diapositivas, sin guardar nada.
¡Bravo, Bruno!Eres la hostia.
Total, que hasta las cuatro de la mañana estuve intentando recuperar archivos, y rehice el trabajo.
Eso sí, en un estilo mucho más simplón, ¡anda y que le den!No había empezado el día con buen pie.
Tenía sueño, la leche de la nevera estaba agria y me hice un café con ella... Imaginaos.
Y encima, me había dado en el meñique del pie con la cómoda de mi dormitorio.Peeeero, uno de mis lemas es mantenerse positivo siempre. (A no ser que la vida de verdad sea una mierda, entonces llora y espera a sentirte mejor ¡un par de lágrimas fuera seguro te reconfortan!)
Así que me lavé los dientes para quitarme el sabor de la leche caducada y me quité el pijama para ponerme ropa casual, por si acaso salía.Mis clases no comenzaban hasta las doce ese día, estábamos a casi mediados de diciembre y algunos profesores se habían ido de vacaciones adelantadas.
Preparé mis asignaturas en la mochila para tener tiempo a hacer mis cosas.Miré el reloj del salón, eran las diez de la mañana.
Dos horas hasta las clases.
Aunque no sabía qué hacer.
De repente recordé que tenía que hacer algo.
Eché un vistazo a mi mano derecha y encontré un mensaje escrito en boli algo emborronado.
"Llamar a Ziggy"
—Anda, ¡hostia es verdad!
Ya se me había olvidado.
¿Cómo puede ser que recuerde los nombres de todos los Pokémon de la primera generación pero no me acuerde de llamar a mis amigos?Que alguien me lleve al médico.
Negando con la cabeza fui a por mi móvil, que aún estaba cargándose.
Marqué el número de Ziggy, el cual había memorizado al dedillo.
La primera vez que llamé no me lo cogió.
Aunque no me colgó, por lo que supuse que había estado callejeando hasta el amanecer, y estaría dormido. Seguramente le llamaría en el camino a la uni.Ziggy era un año mayor que yo.
Él ya había completado sus estudios de artes dramáticas, y ahora se dedicaba a cantar por las calles a cambio de propinas.
A veces, al salir del trabajo le reconocía por su cabellera naranja, y nos dábamos algunas vueltas juntos por la ciudad.
Cuando le conocí me dijo que Ziggy era un nombre que se había inventado para sí mismo por que no recordaba el suyo propio.
"Ziggy Stardust. Es un nombre con gancho, ¿no?" dijo la primera noche que nos vimos.
A mí, personalmente me encanta su nombre.
Me parece muy original, aunque me recuerda a algo de mi infancia que no logro identificar...Para él, yo soy Charlie.
Es gracioso, por que no tolero que me llamen Charles pero que me llamen Charlie no es un gran problema.
Quizás tengo tan engrabado eso de que Charles es nombre de niño pijo que simplemente no proceso que me llamen eso.
En realidad no sé mucho sobre el pasado de Ziggy. Porque él no me ha contado, básicamente. Y eso es algo que respeto.
Aunque a decir verdad... Dudo que se acuerde.El pelirrojo y yo nos llevamos tan bien básicamente por que nos reímos de nuestras tonterías, el uno del otro, y simplemente congeniamos.
Es mi mejor amigo, si soy honesto.Aproveché mi tiempo libre para navegar por internet y visitar mis periódicos on-line favoritos.
¿Os he contado que odio la prensa rosa?
Para mí los chismes y cotilleos no son periodismo.
Nunca trabajaré para la prensa rosa. ¡Nunca!
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El Extraño Mundo De Bruno
JugendliteraturBruno es un joven de 24 años a punto de terminar su carrera de periodismo, con un grupo de amigos que le quieren y apoyan en todo, como él a ellos. Ziggy, un cantante ambulante que se gana la vida cantando de calle en calle. Anya, una adolescente es...