Resaca

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Desperte mas tarde de lo comun. No me encontraba bien, ni siquiera me acuerdo de lo que hice anoche. Recuerdo algunos momentos, pero demasiados borrosos para saber con exactitud. Hice el intento de levantarme de mi cama, pero no pude, el dolor que sentía en mi espalda y extremidades era tan intenso que me lo impedia.

Decidi sentarme en la cama y comenzar a pensar con mas claridad lo que paso anoche.

Suena la puerta de mi habitacion, alguien estaba llamando sin parar. El ruido me producia un dolor intenso en la cabeza y todo me daba vueltas. La luz entro por la puerta y me hizo cerrar los ojos y pestañear varias veces seguidas. Antes de volverlos a abrir supuse que era mi madre ya que sono la voz de una mujer diciendo:

-¡Feliz cumpleaños hija! ¿A que hora volvistes anoche?

-Mm... Creo que antes de la hora que me permites... -conteste y aunque no recordaba nada estaba segura que le estaba mintiendo.

Entro en el cuarto y corrio las cortinas cegandome de nuevo. Me lleve la mano a los ojos cubriendomelos y me deje caer hacia atras lo que hizo que hechara todo lo que habia tomado la noche antetior.

¡Noemi! Eso era lo que gritaba mi madre una y otra vez mientras intentaba levantarme y llevarme al cuarto de baño. No podia mantenerme en pie, las piernas se me aflojaron y creo que perdi la vista por un instante. Cai desplomada al suelo y lo unico que mis ojos eran capaces de ver era una luz blanca muy intensa.

Dos horas habian pasado despues de todo aquello. Por lo que imaginaba ya habia ido el medico ya que entro mi madre diciendo que era la hora de tomarme las pastillas que el medico me habia recetado. Me impulse y me sente en el borde de la cama como pude. Mire fijamente a mi madre y pude observar como le caian unas lagrimas por sus mejillas hacia abajo. Me dio las pastillas y se levanto rapidamente. Su rostro cambio por completo,se puso muy seria y se seco las lagrimas con el nudillo del dedo indice, y se cruzo de brazos.

-¿Que pasa mama? ¿Por que estas asi? -no se porque hice esa pregunta, era obvio porque estaba de esa forma.

-¡¿Que me pasa?! Que mi hija de 17 años se drogo hasta quedarse casi muerta.

-Dieciocho mama, son 18. Los acabo de cumplir. Ademas solo tome dos simples y dichosas copas.

-¿Dos? Nadie que se toma dos copas acaba como has acabado tu, media muerta. Y Noemi, llegastes a las 9 de la mañana, te oi perfectamente. E incluso te tuvieron que ayudar tus amigas a subir a casa.

-¡Mamá! Por favor vete de mi habitacion... Quiero descansar ¿vale?

-Que sepas que asi no vas a arreglar las cosas -dijo mi madre llorando y marchandose de la habitacion.

Cerro la puerta muy bruscamente provocando un ruido sofocante para mi cabeza de nuevo. Me tumbe en la cama, intentando atrapar el sueño. Me puse a pensar. Cada vez recordaba las cosas mejor y se me venian imagenes pero no se que piezas del puzle eran. Algo me abrio los ojos fue, Alan, el chico que me presentaron anoche en la discoteca. Me levante sobrasaltada poniendome la mano en la frente y dando vueltas por la habitacion sin parar. "Piensa Noemi, piensa" Eso era lo que repitia una y otra vez.

De repente llamaron a la puerta.

-Cariño, ha venido un chico a verte -mi madre abrio la puerta y aparecio Marcos, mi novio. Acto seguido, mi madre volvio a cerrar. Esta vez muy lentamente y con los ojos muy abiertos.

Estaba mirando por la ventana y se acerco a mi por detras. Senti un escalofrio. Su mano derecha tocaba mi rostro palido, debido a todo lo.que habia pasado y su mano izquierda tocaba suavemente mi culo.

-Estoy ansioso -dijo con una sonrisa seductora mientras su mano derecha se pasaba a mis pechos.

-Ahora no Marcos estamos en mi casa -susurre girandome hacia el y mirandole a los ojos -Ademas, no tengo ganas de nada despues de lo mal que lo he pasado esta mañana.

-¿Que hicistes anoche? -pregunto levantando un poco la voz.

-Salir con mis amigas ¿A caso no puedo? -le aparte de mi. Abri la puerta de mi cuarto y le hice una señal para que se marchara de la habitacion.

Marcos se llevo las manos a la nuca y se mordio el labio. Se quito la camisa blanca que llevaba, mientras yo pestañeaba una y otra vez sin saber que estaba haciendo. Volvi a cerrar la puerta porque temia a que mi madre viera algo de lo que Marcos estaba haciendo. Fui hacia el y le puse la mano en pecho susurrandole:

-Por favor Marcos, para ya. ¿Que estas haciendo?

-¿Que hago? ¡Seguro que hay otro! -grito. Comenzo a gritar y decir cosas sin sentidos.

-¡Quiero que te vayas de aqui ahora! ¡Fuera!

Marcos se puso su camisa y se fue cerrando la puerta bruscamente. Me quede un rato pensativa y vuelvo a recaer en las lagrimas. No tenia ganas de seguir viviendo y volvi a meterme en la cama e intentar cazar el sueño.

Tras esa noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora