diez {narrado}

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Me senté en el último escalón esperando a que Sergio llegara, estoy segura de que me iba a retar. Desde que papá y mamá murieron en un accidente, el trata de protegerme en absolutamente todo y, a veces, se le va un poco la mano. 

El sonido del picaporte me sacó de mis pensamientos. Había llegado. Todo transpirado. Se acercó a mi y se inclinó para darme un beso en la cabeza. No dijo nada. Entró al baño de la planta baja y se quedó unos 15 minutos ahí para después salir totalmente bañado. 

-No te voy a retar todavía, _____. Pero sí quiero que hablemos seriamente. -me encogí de hombros y me tiré en el sillón. Se sentó a mi lado, lo abracé y me acurruqué en sus brazos. -Sos muy chiquita, _____.

-Tengo dieciséis, Sergio, no soy chiquita. -hice un puchero y el rió. 

-Tenes razón, no sos chiquita. Pero para Ramiro sí. -bufé y luego suspiré. -Tiene 25, lo sabes, ¿no? -asentí.

-Me lo hubieras dicho antes, Ser. -le dije. El me miró como queriéndome decir algo con la mirada. 

-¿Antes de qué? ¿Cómo te lo iba a decir antes si yo ni estaba enterado de que se hablaban? -contestó un poco enojado pero sin dejar de abrazarme. -Sabes cuanto te quiero, _____. Y no quiero dejar que nadie te lastime. Así que primero te voy a dejar en claro un par de cosas. Ramiro no es lo que vos pensas, Ramiro tiene novia, volvieron hace un par de días, yo no sé que es lo que quiere con vos pero me dijo que le gustas. Entonces yo pensé "¿cómo puede gustarte alguien si tenes novia?" se lo pregunté y no me respondió, no quiero que te lastime ¿podes entender eso? -asentí con los ojos llenos de lágrimas; me había mentido. Mi vida no era tan normal en esos tiempos, con mis papás muertos y mi hermano mayor haciéndose cargo de mi no podía ser normal; sería muy raro que lo fuera. 

-Perdón, Ser. Me voy arriba un rato, llamame cuando este la comida. -susurré y me fui corriendo a mi habitación. Siempre era lo mismo, desde que mis papas se murieron no hacía más que encerrarme en mi habitación a llorar, podría decir que mi almohada era mi mejor compañera y cómplice. No podía contarle todo a Sergio, no me entendería. Es así, los hombres nunca nos entienden. 

Mi celular empezó a vibrar, una vez, dos veces, tres veces, aunque después se cansó de hacerlo. Supuse que era Ramiro, así que deje que mandara todos los mensajes que quisiera, de todos modos no iba a responderlos. 

Así pasé una hora, un día, una semana, y casi un mes. Encerrada, sin hacer más que comer y hablar con la nada misma. 

¿Por qué lo hacía? No sé, tal vez me había dado cuenta de que por fin había confiado en alguien y esa persona hizo lo mismo que todos; no confió en mi. No encuentro el motivo de no haberme dicho su edad ¿pensó que me molestaría? para nada. No me conoce en lo absoluto. 

Después de un mes, agarré mi celular. 564 mensajes de Ramiro. Leí solamente los últimos cinco.

Ramiro: ______.-11:00 AM

Ramiro: Esto ya es preocupante. -11:02 AM

Ramiro: Dejame explicarte, no todo es lo que parece. Teníamos una cita hace un tiempo, no sé si te acordas. -11:03 AM

Ramiro: Te quiero, _____. No sé que te habrá dicho tu hermano pero estoy seguro de que te mintió para alejarte de mi, no es mi culpa que la chica que le gusta no se fije en el. -11:05 AM

Ramiro: Seguro cuando leas esto no vas a entender, pero sí, yo salía con la chica que le gustaba a Sergio. -11:06 AM

Cerré los ojos y bajé para encontrarme con mi hermano gritándole a alguien. 

Sergio se tiró en el sillón, enojado, y entonces lo ví.; Ramiro estaba en mi casa. 

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