Terrible Obsesión

Fin

Bajo un lago en donde la luna se reflejaba hermosamente, Maggie esperaba pacientemente a su único amor. Llevaba su cuchillo aún manchado por la sangre de sus víctimas. Le fascinó el lugar, era tan romántico para estár en pareja que simplemente decidió recostarse a un árbol y esperar su llegada.

Horas después, cuando el sueño empezaba a invadir a la obsesiva, escuchó un ruido a lo lejos, era el momento que estaba esperando.
Néstor empezó a gritar el nombre de la asesina como loco, hasta que la misma apareció ante sus ojos.

No tuvieron una conversación particularmente romántica, ni siquiera agradable. Lo único que se consideró romántico en aquella caótica escena, fue el momento en que ella besó a su amor, tan lenta y tiernamente, que pareció que en toda su vida, había matado una mosca.

Le enterró su cuchillo en el abdomen, lenta y amorosamente, mientras que él, sacó el arma de fuego que tenía oculta entre sus manos. Un disparo en seco se escuchó en ese lugar. Ella y él estaban heridos, pero ella nunca tuvo la intención de acabar con él, lo amaba a pesar de la traición.

Cayó de rodillas junto a él, Néstor se sacó el cuchillo de su abdomen y la tomó en brazos, a lo lejos se escuchaban las sirenas de las autoridades con las que él había hablado momentos anteriores.
La dejó recostada en un árbol y fue en busca de ayuda, dejaría que los oficiales se hicieran cargo de todo.

Cuando los policías fueron en búsqueda de la asesina, su cuerpo no estaba, había desaparecido como la espuma que se deshace.
A Néstor no le impresionó saber esa noticia, sabía lo escurridiza que era su novia, pero sobre todo, sabía su oscuro pasado.

Néstor sonrió al saber que fueron más de setenta y siete víctimas, las que cayeron en manos de Maggie. Muchas más que en las suyas. Néstor sólo consiguió que cincuenta y cinco personas murieran en sus manos, estaba más que interesado en aprender a como asesinar sin dejar rastro. Después de todo, un asesino nunca deja de ser un asesino.

Terrible obsesión la que ambos tenían por asesinar y pasar desapercibidos. Ahora, era la guerra, Maggie había marcado el comienzo de una obsesiva guerra que terminaría sólo con la muerte del otro.

Néstor buscaría a Maggie y cuando la tuviera entre sus manos, quien sabe qué cosas podrían ocurrir.

FIN