Hola, me llamo Sebastián, tengo 13 años, soy de pelo castaño, ojos oscuros como aceitunas y padezco de una extraña enfermedad terminal. Esta es mi historia:
Mis padres se acaban de mudar a otra ciudad y por lo visto también fui trasladado a otra clínica, ya que tengo que estar conectado a unas máquinas con las cuales puedo vivir.
Más tarde de noche, casi a punto de dormirme siento el rose de una persona por encima de los pies, no le di mucha importancia, ya que debió haber sido mi imaginación. De pronto se escucha un chirrido por debajo de mi camilla que al oírlo me hizo estremecerme, mire a duras penas y vi a una persona sentada dando me la espalda, susurraba algo entre los dientes.
Yo sé cómo sacarte de aquí...
No sabía si eran los sedantes o el hecho de que estaba asustado, así que le seguí el cuento.
¿Así? ¿Y cómo?
Mira es fácil solo tienes que "fingir" haber muerto, para cuando te estén enterrando, tu alma cruzará por las tinieblas y tendrás que firmar un contrato para poder volver a vivir como antes, como un chico normal.
Yo simplemente no lo creía, era la oportunidad clara para poder escapar de esta tortura que algún día cobraría con mi vida.
bueno, firmaré y todo pero, ¿cómo "fingiré" morir?
solamente te desconectaré de estas máquinas y así irás perdiendo el aliento de a poco.
Así fue como me desconectó y caí en un profundo sueño. Cuando desperté no podía moverme ni tampoco hablar, intenté gritar pero al parecer nadie me oía. Escuché que alguien se reía a lo lejos, cuando por fin pude ver, me di cuenta de que estaba en un ataúd y mi familia y amigos estaban llorando de manera descontrolada, no podía hacer nada. Aquella persona solo había adelantado mi penuria, obligándome a firmar ese contrato de muerte.
Nota:
Hola, antes que nada quería agradecer sus lecturas y votos, me ayudan muchísimo.
Quería preguntarles si quieren que suba algún Creepy en especial, si es así déjenlo en los comentarios y los buscaré.
Bueno, eso es todo.
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No Grites, Podría oírte
HorrorEl segundo libro de creepypastas, espero que les guste mucho! Algunos cortos, otros largos. Ya sabes: No Grites, Podría oírte