Plantium. Un mundo de fantasia

Villa enano

Recuerdas que soñaste aquella noche Lucas? -dice la misteriosa voz- No tuve ninguno, fue como...como... nada, y ya.

Era por la mañana y abrí los ojos muy lentamente a causa de un haz de luz cegador, pensé que todo lo anteriormente sucedido había sido solo una ilusión, un sueño, hasta que vi a aquel enano sentado en el borde de la cama a un metro de la mía, observando. Se parecía mucho a su padre pero con menos pinta de gruñón. Me pregunto que quien era, yo le respondí, y siguió con una cadena de preguntas como cinco minutos mas. Decidí que no iba aun a partir en busca de respuestas, así que salí a la calle para mirar un día a día de la vida de un enano, cosa que no se veía todos los días. Para lo pequeños que eran tenían unas chozas tan grandes como una cabaña de madera de las películas de terror. El pueblo se veía bastante alegre, tanto que entre la amabilidad de la gente (excepcionando al "señor enano") y lo acogedor que era la aldea te daban ganas de quedarte allí por la eternidad. Los habitantes de la aldea me miraban con miedo a la vez que curiosidad, supongo que estos seres se limitan a ver los de su propia especie y no salen de los limites de su hogar. En un momento escuche unas trompetas y  vi a un enano pregonero con un pergamino mas grande que el, y presento a su majestad el rey enano;a un amigo mío lo llamaban así, no hace falta explicación, pero me estoy yendo por las ramas prosigamos. Con una capa enorme se dirige directamente a mi y me pregunta: que gigante osa acercarse a mis tierras en nombre de Ruginverk, o algo así, yo le conté que era un viajero perdido en busca de respuestas, el se intereso por mi historia y me llevo a su choza que era mas grande que las demás (como un chalet humano). Le conté absolutamente todo lo sucedido, lo que fue un horrible error ya que al acabar de hablar el se puso a gritar: brujería, y ordeno a sus guardias apresarme, para lo pequeños que son tiene buenos mazos que te pueden aplastar el cráneo de un solo golpe contra el suelo. Uno de ellos toco seis veces el cuerno como señal de que se va a producir un decapitamiento, al momento todos los enanos rodeaban una plataforma de madera donde se hallaba una guillotina donde cabía perfectamente mi cabeza. Los enanos gritaban "kuma" repetidamente, y la familia que me cuidaba me miraba con miedo en los ojos, me apoyaron el cuello y un enano se acercó a la cuerda que sentenciaría mi expiración, el alcalde se acerco a la multitud furiosa y canto el himno de un mundo llamado plantium, segundos antes de mi final el alcalde pregunto si alguien quería decir algo y "el señor enano" levantó la mano con firmeza y se dispuso a decir algo que me dejo helado.