- ¡Sanji! ¡Meshi! ¡Meshi! -gritaba un azabache en casa de su amigo.
- ¡Ya va, maldito pozo sin fondo! -de la nada, su voz cambió a un tono más amoroso- ¡Nami-swan! ¡Robin-chwan! ¡Aquí está la comida para las damiselas más hermosas del mundo!
- Arigato, Sanji-kun -una chica con cabello naranja y grandes curvas, aceptaba gustosa el plato que el rubio le tendía.
- Gracias, cocinero-san -otra chica, un poco mayor que Nami, con cabello azabache y curvas un poco menores, aceptó el otro plato.
- ¡Sanji! ¿Y el mío?
- ¡Ahí va! -le lanzó de mala manera una fuente llena de carne.
Al momento, Luffy empezó a tragar casi sin masticar.
Cuando estaba por terminar, levantó la vista al reloj colgado en la pared.- ¡¿Ya es tan tarde?! ¡El abuelo y Ace me van a matar! ¡Me tengo que ir!
Y salió a paso apresurado de la casa.
Dirigiéndose a su hogar, un olor delicioso lo distrajo.
- Si tan solo llego un poco tarde... No me va a pasar nada... ¡Comida, allá voy!
Como una exhalación, fue corriendo hasta el origen del olor.
- ¡Ossan! -dijo al viejo que atendía el puesto de oden- ¡Deme cincuenta!
- A la orden.
El viejo acabó de preparar el primero y se lo tendió a Luffy para que probara.
- ¡Delicioso! -dijo con la boca llena- ¡Ossan! Este es el mejor oden que... -su voz se apagó al recordar- he...probado...
*Flashback*
- ¡Este oden es el mejor! ¿No crees, Zoro? -habló un Luffy de 6 años a su mejor amigo.
- Sip -le contestó un peliverde de 8 años- Es el mejor oden que he probado en mi vida.
- ¡Ossan! ¡Deme 20 más para mí y para Zoro!
*Fin del flashback*
- Zoro...
Acabó de comer los oden que había pedido, y pagó con lo poco que tenía.
Se fue del lugar con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos.
- Zoro...hace ya 12 años que te fuiste...y yo no dejo de recordar ese día...
*Flashback*
- Luffy... ¿Sabes que tú eres mi mejor amigo y que te quiero?
- ¿Mph? ¡Claro que lo sé, Zoro! ¡Yo también te quiero mucho! -lo abrazó- ¿Por qué lo dices?
- Es que...
- ¡Dilo ya!
- ¡Me voy a mudar! -dijo Zoro con pequeñas lágrimas amenazando salir de sus ojos.
- ¿Qué...?
- Me lo dijeron esta mañana...no sabía cómo decírtelo...
- No...eso no puede ser.... -Luffy se agarraba la cabeza y cerraba sus ojos con fuerza- ¡Dime que es una broma! ¡Tú no te puedes mudar! -gritó.
- ¡No es una broma! A...a mi papá lo transfirieron a otro país...
Pero Luffy ya no lo escuchaba. Se había sentado apoyando su espalda en una pared y abrazaba sus rodillas mientras lloraba.
- Luffy...no llores por favor...
- E-es que -decía con la voz rota por el llanto- t-tú eres mi *snif* único amigo *snif* en este pueblo...
- Yo...l-lo sé...p-pero... -decía Zoro al borde del llanto. No le gustaba nada ver a su mejor amigo llorar, le rompía el corazón.
Hizo lo único que se le ocurrió.
Levantó la cara de Luffy con sus manos y depositó un pequeño beso en sus labios.- Z-zoro... ¿Qué fue eso? -dijo con un ligero sonrojo.
- Eso, es mi promesa de que algún día nos volveremos a encontrar. No importa cuánto tiempo pase.
*Fin del flashback*
- Aunque no lo sepas...sigo creyendo en esa promesa. Te fuiste cuando tenía 7 años...ahora tengo 19 y tú debes de tener 21...
Estaba tan concentrado en sus pensamientos, que no notó que una persona se acercaba a toda velocidad por la acera. Sin darse cuenta, chocaron.
- ¡Oye! ¡Fíjate por dónde caminas! -Luffy se sobaba la cabeza por el golpe recibido al caer en el suelo, cuando vio de reojo que la persona con la que había chocado tenía una cabellera verde- ¿Verde...? No puede ser...
- ¡Lo mismo te digo! ¡Idiota! -no cabía duda. Era la voz de Zoro, algo más grave por los años, pero reconocible.
Sin poder detenerlas, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
- Zoro... ¡ZORO! -se abalanzó hacia él y lo abrazó fuertemente, y comenzó a sollozar en su hombro.
- ¿Quién...? No... ¿¡LUFFY!?
Al darse cuenta de quién era, los brazos de Zoro respondieron y correspondió al abrazo.
- T-te extrañé mucho... Zoro...
- Y yo a ti... Luffy...
- Cumpliste tu promesa... -Luffy sonrió y se apegó aún más al cuerpo de Zoro. Cómo extrañaba esa cercanía y la sensación de seguridad que Zoro le daba...
- No la rompería por nada del mundo.
- ¡¿Qué le sucedió a tu ojo?! -Luffy estaba espantado, al levantar la vista para ver el rostro de Zoro, notó una cicatriz en su ojo izquierdo- ¿Quién lo hizo? Voy a matar a ese desgraciado...
- No, Luffy, no importa. ¿No crees que si quisiera vengarme ya lo habría hecho?
- Cierto... Perdona.
- Más importante aún... Espera. ¡¿Qué te hiciste en el pecho?! -Zoro había notado la cicatriz en forma de X en el pecho de Luffy.
- ¿Esto? -dijo señalando su cicatriz- Shishishishi, no es nada. La casa donde vivía hace dos años se incendió, y digamos que los escombros en llamas me enterraron. Ésta fue la más grave.
- ¡¿Qué?! Yo...lo siento...si tan solo hubiera estado allí...
- Zoro, dije que no es nada. No te culpes.
- Si tú lo dices... -de pronto se acordó de lo que iba a decir- Es cierto. Luffy, tienes que cumplir con tu parte de la promesa.
- ¿Mi parte? ¿A qué te...? Ahhh. Shishishi. Está bien.
*Flashback*
- Eso, es mi promesa de que algún día nos volveremos a encontrar. No importa cuánto tiempo pase.
- Hai...
- Pero, una condición.
- ¿Cuál?
- Cuando nos volvamos a ver, tú tienes que darme uno a mí.
- ¿Un...beso?
- Ajá.
- Shishishi, está bien Zoro.
*Fin del flashback*
Luffy se inclinó hacia Zoro y le dio un beso casto, solo un roce de labios, pero que despertó emociones jamás sentidas por los dos.
- Me alegro mucho de verte, Zoro. Te quiero mucho.
- Yo también te quiero Luffy. Te extrañé.
Y se inclinó para darle otro beso.