CAPÍTULO 7

3 0 0
                                    

Ya estaba en mi edificio cuando comencé a buscar la habitación me perdí, Sarah brinco de mis brazos y me comenzó a guiar, seguí al pequeño animalito y se detuvo en nuestra puerta, toque 3 veces y nada entonces escuche a Sarah maullar y la mire, esta estaba intentando trepar mi pierna, la mire mejor, la cargue y entonces mi mano topó con un metal algo frío, mire mejor entre todo su pelaje y pude ver una llave decorada con barniz morado y una "S" en color Gris, no sabía si la "S" era de Sophie o de Sarah, pero cuando llegue Tania le preguntare, con algo de estrategia le saque la cadena a Sarah, tome la llave y volví a colocarle el collar.
Con la llave y con Sarah en brazos abrí la puerta para encontrarme con la oscuridad total de la habitación, baje a Sarah y comencé a tantear la pared para poder encontrar esa cajita que Sam y yo llamamos el "suich", encontré la pequeña cajita y encendí las luces de la habitación Sarah ya estaba acurrucada en la cama de Tania la cual no había notado que tenía una gran "T" mayúscula de color miel en su cabecera que era totalmente blanca y sus sabanas naranjas claro con un cobertor naranja rojizo.
La cama del centro tenía una cabecera negra ,sabanas grises con cobertores negros con detalles grises.
Y la mía estaba con sábanas de color lavanda, cobertores blancos y la cabecera era blanca con estilo princesa.

Me senté sobre mi cama y encima del buró encontré una nota
"Querida Sophie,
por el momento no me encuentro pues fui a una reunión urgente con unas chicas, no estaré hasta la 1am, espero no te asustes (por la oscuridad) y me perdones el que no te acompañe en tu primera noche en el colé.
P.D.: puedes usar mis artículos de higiene personal."

Me dirigí al baño y decidí tomar una larga ducha, me desvestí y me metí a la regadera dentro de esta comencé a recordar cómo fue que mis padres se divorciaron, como intente huir de casa tantas veces como cabellos tengo. Reí por lo bajo. Y como Todd me rompió el corazón acostándose no con solo una chica, sino con todas las chicas de mi antiguo instituto. Un triste suspiro escapó de mis labios.
Salí de la regadera pues mis dedos se estaban arrugando por el largo rato que ya llevaba dentro de aquella lluvia artificial.
Me enrollé en una toalla gris, que extrañamente olía a vainilla y con otra del mismo color (que igualmente olía a vainilla) enrollé mi cabello.
Me di cuenta de que no había tomado mi ropa así que lo primero que hice fue asomar la cabeza, ya que reitero teníamos un compañero del sexo contrario. Nada, no había nadie.

Salí aún envuelta en la toalla gris que cubría mi cuerpo, con el cabello suelto y con mi ropa usada en brazos.
Comencé a buscar mi ropa y me la fui colocando conforme la fui encontrando y hasta ahora había encontrado: un brasier y unas bragas (aunque aún seguía envuelta en la toalla).
Hasta que escuche como las ventanas se abrían a mis espaldas, gire sobre mis talones exaltada y con los como platos al ver quién era...

Not my typeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora