Capitulo 18

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Eiden caminaba sin rumbo fijo por los pasillos de Dreams. Se sentía un poco consternado, así como malhumorado y harto. ¿Qué había hecho? Tan solo había conseguido que los chismes alrededor de el se incrementaran de forma estelar. Y ahora, tenía que aguantar a todo un séquito de chismosos sin vida social que tienen que basarse en el para poder tener algo de que hablar.
Sin embargo, había algo mas que a Eiden lo sacaba de Quicio... Y era ___. ¿Porqué ___ no dejaba empaz a ese tal Ian? ¿Que tenía Ducasse que Lambert no? Madurez, amabilidad, cortecía, caballerosidad, Guapura, Serenidad... O bueno, eso era lo que ___ decía cuando se lo preguntaba en su cabeza.
Mientras que Lambert caminaba entre los pasillos, ___ se encontraba oculta entre sus manos, sentada en una de las bancas del patio libre. No quería que nadie la viera, Que nadie se le acercara; ¿Porqué Eiden Me beso? ¡Ahg! - gritó dentro de su cabeza. - ¡Idiota Inmaduro e Impulsivo de Ojos lindos!
Eiden vio a ___ desde el edificio, recargado en las vistas de la pared. Se cruzó de Brazos, y la observó... Quisiera admitirlo o no, era muy hermosa. ¡¿Que?! - se retracto. - !¿Hermosa?! ¡Es una Ogra con Cabello Castaño! - la miró otra vez, y suspiró. - Supongo que, algunas ogras son Lindas... Y ese fue el momento, en que Eiden se sintió mas débil ante una mujer. La primera vez. O quizás, segunda, todo dependiese del punto de vista desde que lo vez. En cierto modo, Eiden sabía la verdad, una verdad que con cada latino resonando en las venas de su cuerpo intentaba cumplir la promesa de Salir a la Luz. Y la Verdad era que, esa Castaña causaba cierta sensación de el que lo volvía frenético... Y esa sensación, le parecía molestamente Encantadora. ¿Sería su rebeldía? ¿Sus muecas con sus labios? ¿Su sedoso y abundante cabello que movía con el tintinar sensual de un cascabel? No lo sabía. Solo sabía que la locura de ___ llevaba a su vida, le llegaba a Gustar... Eiden a Veces llegaba a ser Bastante Masoquista.
- ¿Eiden?
La voz femenina que salió del pecho de la Profesora De Canto Laine, tan angelical y con el tono de un arpa celestial - como Eiden se la había llegado a Imaginar una que otra vez - Provocó que el corazón del Rubio se quedara congelado en medio de un latido de ___. Y le decía "Latido de ___", porque su corazón Latió fuertemente al ver como ella echó un vistazo sobre su hombro, sin notar la presencia del Joven.
Eiden dio media vuelta sobre su mismo eje? Quedando frente a Frente esa hermosa y madura mujer de cabellera Rubia y Ojos Azul Turquesa, tan preciosos que Brillaban y resaltaban de entre los de cualquier otra persona. Se miraron mutuamente, hasta que la Maestra volvió a tomar la cordura, y empezó a Balbucear mientras intentaba hablarle claramente a Eiden.
- Am... - La Profesora Cerró los ojos. - ¿Gusta pasar a Mi Salón, Señor Lambert? - preguntó Ella, nerviosa intentando mantenerse al margen. - Me gustaría tocar algunos temas sobre su ensayo. - El Profesor Duncan pasó Justo detrás de Eiden, y saludó a la profesora con una enorme sonrisa. Continuó su camino.
La profesora no podía hablarle de "tu" a los estudiantes, y eso, le gustase o no, incluía a Eiden. Por lo que, dentro y fuera de la Academia, Eiden y la Profesora tenían que mantenerse al margen de todo.
- Em... claro. - Eiden asintió su cabeza, serio y neutral, como siempre lo estaba, claro, menos cuando Ian Ducasse estaba cerca. Irónicamente, esa era la postura que necesitaba para poder enfrentarse con un engreído como el que se sentía altamente superior tan solo por unos cuantos logros en su corta vida. Pero Eiden sabía muy bien que se engañaba a si mismo... No eran "Unos cuantos", eran "Unos Muchos Bastantes."
La Maestra se dió media vuelta y caminó de regreso hacia el Salón de Canto, mientras que Eiden iba Justo detras de ella. Extendió su brazo sobre la puerta para mantenerla abierta, y así dejarla pasar. La hermosa mujer lo miró y sonrió para caminar hacia el salón. Una vez dentro, Eiden cerró la puerta.
El aula se quedó en silencio, un silencio inconcluso. La Profesora fue a recargarse sobre ese Piano Blanco de Cola que estaba sobre un mini escenario en su salón, mientras que Eiden, intentando no mirar acosadoramente a su "amor platónico", inspeccionaba las notas musicales que se encontraban sobre el pizarrón doble de Gis.
- Eiden...- La Maestra suspiró, y miró hacia sus pies, generando que su melena se fuera toda hacia el frente entre los costados de su cabeza. - Quiero hablar contigo, sobre... - Levantó la mirada, y observó los ojos confundido de Eiden. - Sobre tu y ___ tried.
El alma de Eiden se paralizó al escuchar eso. ¡¿Qué?! ¡¿Ahora esa chica también me traerá problemas con La Maestra?! - gritó para si mismo dento de su mente. - ¡Maldita ___! - volvió a gritar. Es que, para Eiden, en el momento en pensar en su "Profesora Favorita", todos valían insignificancias y todo lo que les restaba a los demás, se lo aumentaba a ella, haciéndola lucir ante los ojos de Eiden como algo Bendito que calló del cielo por acto del Espíritu Santo.
- ¿___ y Yo? - preguntó serio, mientras que la profesora asentía con la mirada.
- Estoy... - la maestra estrujó su cabeza, intentando encontrar las palabras para poder describir sus sentimientos.- ¿Feliz? - dijo mas como pregunta, a como respuesta.
- ¿Feliz? - preguntó Eiden perplejo.
Pero No, la profesora No estaba feliz en lo absoluto. Sentía dentro de ella algo incorrecto, erróneo; ella sabía perfectamente que lo suyo con Eiden jamás se debía ni de imaginar, pero no podía evitar sentirse así.
Ella siempre había sido la neutral en su "Relación", si es que se le podía llamar así. Eiden había estado tras de ella mucho, mucho tiempo, y ella se sentía halagada. Le atraía Eiden, pero era bastante profesional, por lo que desde el primer día dijo "Lo Nuestro no es Posible." Sin Embargo, al ver ese famoso video de "Chismes Dreams", algo dentro de ella se desencajó. Sentía un gran y profundo vacío en el pecho, y es que se sentía segura de que Eiden, de un modo u otro, estaría tras de ella todo el tiempo, aunque su voz y sus pensamientos superficiales dijeran algo como "Enamórate de alguien mas, Olvídate de Mi". Ella había repetido esa frase un sin fin de veces, pero ahora, al tenerla tan cerca y verdadera, simplemente se sentía Mal, y con una tremenda ausencia de algún elemento esencial dentro de ella.
- Si, Feliz. - contestó la profesora después de un rato.
- ¿Feliz por ___ y por mí?
- Por fin me Hiciste caso, Eiden. - Ella suspiró. Nada le molestaba mas que decir esas palabras. - Es bueno el que quieras enamorarte de alguien mas. - Eiden tragó gordo, mientras meditaba esas palabras dentro de si... "Enamorarse". - Me alegra mucho.
- No estamos Enamorados. - objetó el estudiante. La Profesora se levantó del Piano, y caminó hacia el, hasta quedar a mucho menos de un metro de separación.
- Bueno, ¿Tienes un con ella?
- No lo se. - Contestó Eiden. - La verdad, no se lo que somos.
Ambos se quedaron callados otra vez, mientras que, incomodos, se miraban. Ella se sentía mas extraña que de costumbre. Definitivamente, No valoras lo que tienes, hasta que lo pierdes.
La mujer, tenía debilidades. Debilidades que Eiden No conocía, ya que ella jamás se había querido expresar de ese modo con su estudiante de esa Academia para puros jóvenes; Sin embargo, esa sensación de vacio generaban en ella unas grandes ganas de que Eiden le rogara otra vez. Por un momento, maldijo a la Tried por haberse aparecido allí. Si, la profesora sabía que nunca ocurriría nada, no podría ser posible, pero esa sensación era nueva, y no sabía como manejarla. Por lo que no sabía ni lo que hacía. Lo único que quería, era sentirse amada por Eiden otra vez, no sentir que fue reemplazada como bolsa de plástico.
El timbre sonó recorriendo todos los pasillos y corredores de la escuela, y Eiden y La Profesora tan solo se miraron fijamente, mientras que Lambert se sentía frenético y vivo. Era la primera vez que ella lo miraba de ese modo.
- Tengo que dar clase en el teatro. - dijo ella, sin dejar de mirarlo.
- Tengo que recibir clase de Historia Del Arte. - Ella sonrió, y se acercó mas al Joven Eiden. Puso ambas manos sobre su pecho, y lo besó sensualmente en la comisura del labio, NO en los labios, pero si bastante cerca. La profesora recorrió el hombro completo de Eiden con su mano, y bajó hasta su brazo, para después alejarse.
- Profesora. - comentó Eiden antes de salir de que su Maestra saliera del salón. - ¿Podríamos vernos al rato? - La profesora sonrió. Talvez, solo necesitaba un pequeño "empujon" para poder volverlo a sentir loco por ella.



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