Pagando Michael, volamos hasta Nashville y alquilamos un coche. Conducía él, pronto supe lo mal que conducía.
Nos alojamos en un bonito hotel, Spencer Manor. Tenías que llamar primero por un intercomunicador para poder pasar a las puertas principales. Michael no conocía Nashville y vi la oportunidad para divertirme un poco.Le dije qué como estábamos en la autoproclamada "Ciudad de la Música" tendríamos que cumplir una de sus tradiciones locales. "Michael, tienes que cantar por el intercomunicador," le dije."¿Cantar qué? Preguntó. Tienes que cantar:"Es la ciudad de la música y estoy aquí. Soy Mike Mc Donald así que arriba un aplauso." De otro modo no te dejarán entrar, tienes que hacerlo. Él me miró confuso pero siguió adelante.
El chico al otro lado del intercomunicador llegó y dijo con su acento sureño: "¿En qué puedo ayudarle?" Michael empezó a cantar y la voz al otro lado contestó: "Lo siento, no admitimos gente rara aquí." No abrieron las puertas.
Yo me reía tan fuerte que estaba en el suelo. Michael no lo cogió al instante, pero tan pronto como lo hizo casi se orina en los pantalones también. No se podía creer que había sido tan idiota como para hacer eso.
De aquí, hasta la anécdota numero 7 serán historias que han sido contadas por David Gest en su autobiografía.
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Divertidas Anécdotas De Michael Jackson
RandomEs una recopilación de anécdotas divertidas en la vida de Michael Jackson. Algunas son anécdotas que he leído en internet, unas más que "he rescatado" de distintos libros, entrevistas y documentales. Espero que les guste tanto como a mí y que los ha...
