Al parecer, desde hace tiempo tu mirada y la mía ya no se encuentran.
La última vez que lo hicieron,
noté que ya no me mirabas con el mismo amor de antes.
Que tu mirada se enfrió.
Que ahora el odio predomina en ella.
No sé qué hacer,
No sé qué pensar.
Lo que más me duele es que el café de tus ojos ya no es dulce,
Sino que ahora amargo es.
No regresará ese brillo tan especial.
El café de tus ojos no volverá a ser igual...