Todos los días a tes de ir al colegio se arregla el cabello, se delinea los ojos, le pone rojo a sus hermosos labios, y le echa un ultimo ojo al espejo. Todo por un chico que jamás se preocuparía por ella.
Ella pedía a gritos un poco de su atención y es que sin saber como y por qué se había enamorado de alguien que estaba perdido sin poder encontrarse por una persona que le hacía daño.
Cuando para ella significaba el comienzo de todo y el fin de nada.
Él perdia la oportunidad de experimentar un amor de esos que te dejan con ganas de más, esos que te apasionan, esos que te atrae, te conquistan y te alegran absurdamente el corazón.
Pues ella era poesía, y el no sabía leer.
A pesar del daño que le causaba verle detrás de esa persona que tanto daño le hacía, siempre estaba ahí para el, apoyandole.. Siendo la incondicional que prometió ser. Sin recibir nada a cambio, y es que ya se había enamorado..
Ya no había vuelta atrás, era una loca enamorada y sin remedio.
Esas que aman a la antigua, perdiendo la noción del tiempo, y confiando ciegamente sin saber que tan letal podría ser...
Al final del día ella solo esperaba en su inbox un mensaje de él, era lo único que pedía un poco de atención.
