Si,lo admito,estoy enamorado de mi amiga invisible,ella es una chica increíble,me ayudó tanto con tantos problemas,y pudo lograr que tenga una autoestima fuerte.
También quiso engordar mis piernas,pero bueno al menos hago actividad.
Estábamos todos en una ronda arriba de las mesas,yo estaba sentado como indio.
- Augusto Batalla,su turno - mire a todo el salón y ahí estaban ellas,no sabía cual de las dos podría ser,pero tenía mis dudas.
- Essssss Agustina! - ella se rió y el profesor negó,bien,la pelirroja no es - Brenda! - levantó una ceja y el profesor negó,mientras este no miraba ella tomó su tiempo para mostrarme el dedo del medio con mucho amor.
- Usted está muy lejos de saber quien es si piensa que se trata de una chica - para para para,ke me tas contando - es uno de sus compañeros,adivine o rindase - mire a todos los del curso,algunos se aguantaba la risa y otros me miraban indiferente,me encogi de hombros - ¿Se rinde? - asenti - Saludé a su amigo invisible Sebastián Driussi! - qué.
Este se paró y trajo un sobre con él,primero dejo el sobre entre mis piernas y después me dio una abrazo.
- Te re engañe gato - me guiño un ojo y yo estaba rojo de la vergüenza.
- ¿Algo de las cartas era real? - se rió.
- Se,miti miti ameo,igual estuvo re piola porque ni allí lo esperabas - se fue a sentar en su lugar y yo aún pensaba.
Me había enamorado de Driussi... bueno,más bien de un personaje inventado por él... eso era mucho peor porQUE DRIUSSI AL MENOS ERA REAL Y ELLA NO,ME ROMPIERON EL CORAZÓN.
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La clase había terminado,ya me encontraba en mi cuarto acostado mirando el techo,decidí abrir la carta que me había dado Sebas.
La abrí y rodé los ojos,pero luego sonreí por lo boludo que era.
Te vuelvo loco gato.
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