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» Capítulo 2

Cameron.

Miré el techo de mi habitación y sonreí. A pesar de haber cortado con mi novia y que mi hermana no estaba, mi vida era simplemente perfecta,la vida que todo chico quisiera tener, quiero decir, tenía popularidad, dinero y todas las chicas que quería, sin contar las cosas materiales, en las que todas se fijaban.

Me levanté y arrastré los pies hasta el espejo que tenía en el baño, arreglé mi ropa y me despeiné un poco, esa manera de seducir siempre funcionaba. Bajé las escaleras, casi corriendo, y fui a desayunar, le unté mermelada a mi tostada y me la llevé a la boca, Mastiqué, hasta casi atragantarme, y tomé jugo a las apuradas,cogí las llaves de mi coche y salí directo hacia el colegio.

***

Al llegar, estacioné en el aparcamiento y me dirigí a saludar a mis amigos. Al único que vi fue a Taylor, me le acerqué por atrás y le golpee lo más fuerte que pude.

- Hey bro –dije, pegándole, unas cuantas veces más, en la espalda a Taylor.

- Hey, putazo –me dijo, devolviéndome el golpe–. Así que terminaste con la zorra esa ¿Eh?

- Así es, me la saqué de encima –sonreí satisfecho y comencé a caminar para entrar al colegio.

Tay caminaba a mi lado, y las chicas suspiraban. A veces era gracioso que, con solo una mirada, se derritan y casi les esté por dar un paro, podían llegar a ser muy estúpidas, no las entendía. Sin embargo, no me paré a coquetear con ninguna, seguí mi camino hasta el final del pasillo, para llegar con los del equipo de fútbol, mis amigos.

- Cameron cortó con Madison –soltó de repente Tay, lo fulminé con la mirada y le pegué, con todas mis fuerzas, en la cabeza.

- ¡¿Qué?! – Dijeron al unisonó Matt y Carter, los Jack's y mis otros dos mejores amigos. Levanté los hombros en modo de indiferencia.

- Da igual, no la quería más –dije y, luego, reí–. Soltero y sin compromiso amigos, el viernes se sale –dije, y seguí caminando hasta llegar a mi casillero.

Me despeiné un poco el cabello y cerré mi casillero. Mahogany, una compañera, estaba de brazos cruzados y mirándome fijamente.

- Idiota –dijo pegándome en la cabeza– ¿Cómo vas a dejar a Madison?

- La engañé –mentí, para sacarme a la pelirroja de encima.

- ¿Enserio? –Entrelazo su brazo con el mío y me obligo a caminar a su lado–. Vamos, la verdad puto, dime la puta verdad.

- Ella me engañó –dije, mirándola a los ojos para que sepa que no mentía– enserio, lo hizo.

- Que zorra –fue lo único que mi amiga dijo. Sonreí de lado y nos dirigimos a la clase de Literatura.

***

Otra vuelta más, ésta era la quinta,odiaba al puto profesor de gimnasia, siempre nos hacía correr vueltas por la puta cancha, hoy seguro llegábamos a las doce. Me desvié del camino y fui directamente a las duchas, donde no había nadie, por suerte, me quité la ropa y me metí en la primer ducha que estaba a mi alcance, el agua estaba de maravilla, nunca estuvo tan caliente antes. Veinte largos minutos después salí y me puse la ropa con la que había entrado al instituto. Me fijé que la clase ya haya terminado y salí. Corrí más que nunca y todo para llegar a donde había estacionado mi puto auto. Después de estar alrededor de 20 minutos conduciendo, llegué a mi casa. Camine hasta el baño. Me duché, otra vez, para quitar el olor más que nada, y volví a mi habitación, lo único que hice fue tirarme en mi cama y prender la televisión, luego de un rato, me dormí.