Un acto psicomagico

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Caminaba sola.
Sólo le seguía el paso,
le respiraba en la nuca
Imperceptible.

Era tan bella,
me dolía
lo sabía,
Una pisada tras otra.
Nos acompañaban
Los sonidos de la noche,
Locos aullidos,
Nostalgicas postales .
Espesa neblina consolaba mi alma.
Todo giro de pronto,
Sentí nauseas,
Contuve la respiración para no vomitar,
Cruce las manos en mi boca,
Ella siguió caminando.

Comencé a desmenuzar su torso,
La cabeza de gallina degollada me miraba de reojo,
Culpandome.
Las atrocidades también poseen algo de sublime,
Hoy me convertí en Dios por que pude destruir.
Las extremidades se deshicieron en mis manos,
Conserve la calma,
El tiempo era mi aliado
Y yo un verdugo prodigioso.
Le susurre poesía al oído,
Le conté de las calamidades que mueven al mundo
Y el error de las virtudes.
Inerte asentía paciente.

La despedida es un acto despiadado,
Ya estaba preparado,
Lloré junto a ella
Y reze mil blasfemias,
Odie al mundo entero,
Pedí mi muerte también.
La despedida es un acto despiadado.

Emergió un intruso en mi cuadro de amor,
Observando todo,
Me juzga con sus ojos,
Enjuicia mis pensamientos.
Baja el cigarrillo
Como si nada pasara,
Siento la nicotina en mis ojos,
Tartamudeo,
Ella al otro extremo de la calle,
Ya la perdí de vista.
Estoy desnudo frente a un extraño.
Continuo caminando.

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