Tarde noche

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La aguja se paseaba de arriba abajo,
Se producía ese sonido
Tan peculiar,
Como si estuvieran friendo
Maíz.
El vinilo acusaba
un mensaje muy personal,
Casi sentí
Mi pluma en cada verso,
Y un designio en cada compás.

El metálico sonido
De las guitarras
Taladriaba en mi inconciente,
como si,
De clave Morse se tratase.
El pulsar agitaba
Mi sistema nervioso,
La vena de la frente
Me va a estallar,
Los bajos Me guíaban
En un convulsivo
Baile,
Los dientes se me aprietan
Rechinan y salpica espuma
De las rendijas.
Tenso los músculos buscando
La contracción,
Pierdo el control
Me vuelvo inestable.
El tacto con el piso es demoledor
Y un frío recorre mi cuerpo,
No era yo
Éramos nosotros.

Luego desde
el agujero de gusano
Brotó un rezo,
Epifaníco,
Prometiendo el espíritu
Pero a cambio mis
Sentimientos.
Como un cordero
Me entrego,
Me degolla,
Y
Bebe mi sangre
Tibia.
El rojo se expande
Por cada rincón.
No quiero Que nadie
escape de este
Dolor,
Quiero cubrirlo todo.

La aguja se levanta,
Me da un respiro,
No tengo fuerzas.
Estoy de Bruces
Absorbiendo todo,
Renguiando prendo el televisor,
paseo por los canales,
Busco algo que me conforte,
Saco la pistola del bolsillo
Apunto a mi reflejo en el
Espejo,
Demasiado cliché.
Están pasando Lolita,
Mi dolor se mitiga
Pero se que
Moriré
cuando Humbert
Pronuncie aquellas palabras.

Huyo de esta nuevo encierro,
voy directo a
los libros.
Aspiro cada página.
Ningún padecimiento
Es eterno
Ni la felicidad tan pasajera
Repito el mantra.






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⏰ Última actualización: Jun 21, 2017 ⏰

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