CAPITULO UNO (DE NUEVO)

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P.O.V TAEHYUNG

Mi respiración era cada vez más agitada, mientras corría con Jungkook en brazos hacia el hospital

- resiste porfavor...- susurré viendo el hospital al final de la calle- Kookie,me cago en Cristo- gruñí llegando a la puerta. Di una patada y así abrí la puerta de cristal, haciendo una pequeña grieta.

Grité por ayuda, esperando a que alguien se acercara y me ayudara. Que alguien se acercara y salvara a Jungkook.

Una enfermera vino corriendo con una camilla, donde dejé a Jungkook con suavidad. Observé como corrían hacia una habitación y por impulso los seguí hasta que me pararon unos Fuertes  brazos

- no puede pasar- dijo el doctor empujándome, sin hacerme retroceder.- siéntese en las sillas - me cerró la puerta en las narices y yo me cogí del cabello.

Puta mierda, reputisima mierda.

Me senté en la silla azul y moví mi pierna nerviosamente

- TaeHyung, burro- me susurré a mí mismo cogiéndome de la cabeza - no te das cuenta de lo que le haces a Kookie, estupido-susurré de nuevo a mi mismo, sacando el teléfono y poniendo los auriculares. Busqué mi lista de reproducción y pulsé en la primera canción.

Baby i just want you To see... There's nothing like us...  There's Nothing Like you and me...

Y justo sonaba la canción de Jungkook.  Pateé el suelo y fruncí el ceño escuchando su dulce voz cantar en inglés. Las lágrimas se acumularon en mis ojos

¿Porque yo tenía que ser Así? ¿Porque siempre cuando intentaba decir algo bueno me salía lo malo?

Sollocé y me froté las mejillas, apoyando mis codos en mis rodillas. Mis ojos se fueron cerrando lentamente, hasta que caí dormido en el asiento.

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Unas manos me sacudieron con cuidado, haciéndome despertar  de mi preciado sueño en el que Jungkook era feliz.

- perdone, ¿es usted el familiar de JeonGuk?- susurró una femenina voz, dejando la mano en mi hombro. Yo abrí mis ojos lentamente, ladeando la cabeza para mirar a la mujer y asentí, colocándome la gorra hacia atrás lentamente - él está despierto y estable, puede pasar a verlo- sonrió y se alejó de mí. Me levanté con cuidado y caminé hasta la habitación 312. Llamé a la puerta lentamente y la abrí con cuidado, encontrándome con un Jungkook delgado y pálido, con grandes ojeras. Él miraba a la ventana. Yo suponía que él ya sabía que yo iba a entrar. Y justo ahora me daba cuenta de todo el daño que le había hecho.

Pero yo lo amaba, él era mi todo.

- Kookie...- susurré sentándome en la camilla a su lado. Él se dio la vuelta quedando de espaldas a mi completamente, haciendo que el gorrito blanco de lana tapara un poco sus hermosos y ahora rojos y ojerosos ojos.- perdona, yo...

-¿perdona?- soltó una baja y suave risa, aún mirando por la ventana- no quiero ni oírte ni verte, Taehyung, por fin tengo los huevos a decírtelo. ¿Porque mierda me traes a un hospital? No sé porque quieres salvarme si tu "amor" se simplifica en la palabra "sexo". Para tener sexo solo, habérmelo dicho, y yo no me haría ilusiones.  Yo no seguiría pensando que tú me amas, y tampoco habría vuelto contigo. Si ibas a querer sólo sexo... Vete a un puticlub porque yo no...- se le quebró la voz. Hasta ahí llegaba su valentía. Yo solo atiné a acariciar su brazo lentamente. Él apartó el brazo rápidamente, abrazándose a sí mismo - no quiero verte

- no me voy a ir- jugué con su gorrito de lana- me voy a quedar hasta que te pongas bien, y podremos ir a casa los dos juntos y...

-¿crees que después de esto voy a volver a ir a casa, y encima contigo?- se tapó las mejillas con sus delgadas manos- no voy a volver...

-¿y dónde vas a ir entonces?- pregunté mirandolo- ¿con Jin y RapMon a España?-alcé una ceja- ¿con J-Hope y JiMin a Londres? ¿Con Suga a Los Ángeles?- susurré- no tienes a nadie más, Jungkook... No tienes a nadie más...

-puedo buscarme un trabajo y pagarme una casa...- se mordió los labios- y encontraré a esa persona indicada, la que me cuidará, protegerá y sobre todo amará...cosa que tú no haces. Lo único que he escuchado salir de tu boca en estos meses ha sido "te tengo muchas ganas, zorra, a la cama"- contrajo los labios- TaeHyung, te tengo miedo. Muchísimo

- no tienes porque temerme, yo te a...- dije con voz suave

-no, TaeHyung, no- dio un manotazo débil a mis manos- apártate - me empujó débilmente

- ni hagas ningún esfuerzo- susurré levantándome - debes comer algo, ahora vengo- lo mire por ultima vez y suspiré caminando hacia la puerta, saliendo por ella. Caminé con las manos en los bolsillos, hasta llegar a la  cafetería. No había mucha cola, así que me puse detrás de dos chicas, atrapado en mis pensamientos.

Una de las chicas se giró y enseguida le dio un manotazo a la otra en el brazo mientras reía, coqueta. Si yo ni estuviera en esta situación, iría a por ellas, y no tendría ningún problema en llevarlas al baño... Pero no, no. Yo estaba con JungKook, y justo cuando lo vi tumbado en esa camilla me di cuenta de lo muy importante que él era para mí, y también de lo subnormal que yo había sido.

-hola, perdona - dijo una de esas dos chicas mal teñidas- ¿me puedes dar tu tele...

- no- la empujé de mala gana y  me puse el primero en la cola- hola, em...- miré todo lo que había y suspiré- algo de comer... Para un paciente- entrecerré los ojos mirando al chico. Él asintió y se dirigió a preparar algo. Yo me quedé quieto, con las manos en los bolsillos, sin dejar de pensar en la situación de mi pequeño, hasta que sentí un pequeño pinchazo en las costillas

-oye- la voz de la chica de antes me hizo rodar los ojos - ¿cómo te llamas, guapo?- susurró lascivamente en mi oído

- me llamo tu vieja en bragas- susurré con fastidio, rodando los ojos mientras me rascaba la gorra. Escuché sus risas

-se te ve cabron, nene- dijo la chica acariciando mi espalda, enrabiándome

- quita la mano- susurré apretando los puños con fuerza. Sabía que si me seguían molestando esto no iba a acabar bien. Su mano siguió recorriendo mi espalda, hasta acabar en mi pecho, donde acarició lentamente - quítate, o me olvidaré de que eres mujer

-¿ah,sí? ¿Y qué me harás? ¿Me follaras en la mesa de la cafetería ?- la otra chica rió y me harté. Cogí la mano de la chica y la doblé, haciendo que ella soltara un grito de dolor

- te he dicho que te apartaras, zorra-  giré más la mano y soltó otro grito- ¿que te follaré en la Mesa? Antes prefiero que me corten la polla a follar con una puta como tú- la empujé- si, te tumbaré en la mesa, pero para llenarte de escupitajos, humillandote, y dejar que la gente se ría de ti- cogí la bandeja bajo las miradas de todos- menuda estupida- susurré saliendo de la cafetería con la bandeja en las manos. Subí las escaleras  y caminé hacia la habitación de mi menor, y sin darme cuenta dejé unas cuantas lágrimas caer, abriendo la puerta-ya estoy aquí- susurré con voz temblorosa, caminando hacia el. Dejé la bandeja en la mesita de noche y cogí un silla, sentándome a su lado

- has... Tardado mucho- susurró él, sentándose con cuidado en la cama, desviando su mirada a mis ojos- ¿qué te ha pasado?- dirigió una mano a mi mejilla secando un rastro de lagrimas. Yo negué con la cabeza

- nada, olvídalo... Ahora come un poco, por favor - cogí la bandeja y la puse en sus piernas- ¿necesitas ayuda?- me mordí el labio mirandolo, aguantando las lágrimas de nuevo.

Yo era un monstruo, y me di cuenta.

CONSUMING MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora