Y entonces, te das cuenta de que lo has perdido todo. Tus amigos, tu familia, tu calma, tu autocontrol, tu autoestima, e incluso tu piel. Lo has perdido todo en una estúpida batalla contra tus voces, contra ti misma. Y para colmo has perdido esa batalla. Todo para nada. Ahora es peor. Estas sola y nadie te puede ayudar. Sientes que todos se alejan y tal vez no sea del todo incierto. Tal vez te estés muriendo y realmente no te estés dando cuenta...