¿Que debo hacer cuando todo está oscuro? ¿Cuando no veo ni la más mínima luz? Sólo veo una y está lejos, demasiado. Y me ponen cadenas que no me dejan avanzar. Cada persona me echa por encima una cadena, unos más pesada, otros más ligera, pero siempre cadenas. Incluso algunas de ellas llevan pinchos. No puedo avanzar, aún no me he rendido, sigo avanzando. Pero si continúan las cadenas pronto me detendré. Trazo líneas curvas hacia la luz. El mundo gira tan deprisa que no soy capaz de mantener una línea recta en mis pasos. Y siempre lo mismo. Siempre la misma historia. Cuando a esa persona tratas de decirle que te está poniendo una cadena lo único que te contestarán es:
-¿Cadena? No, es sólo un collar de flores. Es tu imaginación.
Nadie lo aceptará, y tu continuarás. Por el simple hecho de no querer perder a esa persona. La misma canción una y otra vez. Esa canción que tanto amabas y ahora no puedes soportar. Tan irritante como el sonido del despertador en mitad de un sueño que deseabas desde hace tiempo. Y eso es lo que pasa. La miserable melodía se repite. Me despierta de este sueño que tanto ansiaba. Pero alguien la paró. Una chica, llegó y con un solo "hola" detuvo mi mundo. Desaparecieron las cadenas y la melodía. Podía andar en línea recta. La luz era ella. Mi luz, estaba al otro lado de mi oscuridad. Su voz era mi nueva melodía, pero esta vez jamás llegaré a odiarla. Esta vez la melodía será mi salida, no mi cárcel. Y mi más bonita sonrisa a sus sinceros "te quiero". Nada podrá detenerme, nada podrá detenernos.