veinticuatro; Lo sé, sé que hice mal.

3.9K 387 53
                                    

Meses después...

Justin's POV.

Salgo del cuarto de baño de mi habitación, en bóxers, ya que acabo de ducharme, pero al ver a Sky completamente desnuda en mi cama las ganas de volver a la ducha a darme una de agua bien fría. A pesar de estar embarazada, ella es jodidamente caliente, su panza, que ya no puede ocultar ni al usar mis remeras holgadas, la hace lucir como la embarazada más linda y caliente de todo el puto mundo.

Sin pensarlo dos veces, tomo mi celular de encima de la mesa de noche y le tomo una foto, una hermosa foto. Inmediatamente la subo. Instagram con "Felicitaciones para nosotros. Seremos los mejores padres del mundo 😊👶 #MiniBieber 💕" como descripción de ella.

Vuelvo a dejar mi celular sobre la mesa de noche y me pongo de cuclillas al lado de la cama, donde comienzo a besar el vientre de Sky.

—Estoy muy ansioso porque llegues, no tienes idea de cuanto deseo tenerte en mis brazos —susurro, acariciándo el vientre con mi pulgar—. Poder jugar contigo todo el tiempo, cuidarte, estos meses se me están haciendo eternos, mi amor —beso el vientre de Sky, donde se encuentra mi hija, o hijo, aunque estoy seguro de que es una niña.

—Eres tierno cuando quieres —oigo bromear a mi hermosa novia.

Sonrío y estiro mis labios hacia ella, esperando a que me bese y no tengo que esperar mucho, porque en cuestión de menos de cuatro segundos, Sky ya tiene sus labios sobre los míos, por lo que no dudo en devolverle el beso. Un beso tierno, lo que es raro, porque estos últimos días los besos de la mañana hay sido bastante intensos, ya que Sky se ha estado despertando con bastantes ganas de tener sexo.

—¿Qué hora es? —susurra, apoyando su cabeza sobre mi mano, como si fuera una almohada.

Miro el reloj que está sobre mi mesa de noche, sonrío al ver que recién son 11:34 am. Tenemos tiempo para desayunar y estar todo el día juntos, como casi siempre.

—Aún no son las doce del medio día —apoyo mi cabeza en el espacio libre de la cama junto a su vientre—. Mañana tenemos la ecografia donde sabremos si es niña o niño, ¿no?

—Nop —recalca la "p"—. Es hoy, mi amor. De hecho, ya tendríamos que it desayunando para poder llegar a tiempo —me sonríe.

Esa sonrisa hermosa que tanto amo, esa sonrisa que con tan sólo aparecer ya me da vida por diez años más.

{...}

—¡No puedo creer que lo hayas anunciado sin ni siquiera consultarlo conmigo! —gruñe Sky, caminando por los pasillos del hospital.

Sí, ya se ha enterado que lo he anunciado. Todo gracias a los paparazzi que están fuera del hospital y gracias a la tendencia mundial de Twitter que han hecho nuestras fans, nuestras chicas, en la cual nos felicitan y dicen muchas cosas como que no pueden creerlo, que somos jóvenes y bastante mierda de la mala.

—Lo siento, sé que hice mal, pero ya está, ya lo hice. No debemos perder nuestro tiempo con estas cosas, osea, estamos a punto de saber si tendremos una pepinita o un pepinito —coloco mi brazo sobre sus hombros, acercándola hacia mí.

Ella no dice nada y aunque sé que ya no está tan enojada conmigo, necesito que me diga que ya no está enojada o algo así, pero no quiero presionarla a que me lo diga, porque seguramente terminará enojada y no quiero eso.

Su celular comienza a sonar, lo que provoca que ella bufe y lo tome del bolsillo trasero de su pantalón para luego llevarlo a su oído, soltando un simple "Hola" entre unos gruñidos.

No le presto atención a su conversación telefónica, sólo sigo caminando hasta que llegamos a la puerta del consultorio de la doctora Gillies, quien nos ha atendido durante todo lo que va del embarazo de Sky.

—¡Diablos! —gruñe, prácticamente grita, Sky— Lo olvidé y lo siento, ¿si? —suspira. Pasan un par de segundos más, en los que ella no hace otra cosa que no sea poner sus ojos en blanco, antes de finalizar la llamada.

—¿Qué pasa? —murmuro confundido y algo preocupado.

—Hoy son los grammys, mi amor —hace un puchero con sus perfectos labios.

Alzo una de mis cejas, totalmente confundido. No le veo ningún inconveniente a que sean los grammys, osea, yo ya he ensayado para mí presentación, ella simplemente cantará, sin baile ni nada de eso, debido a su estado. Si no nos tardamos aquí, podemos llegar a tiempo, no estaremos en la alfombra roja pero llegaremos para hacer nuestro trabajo.

—¿Recuerdas que te dije que te tenía una sorpresa? —muerde su labio inferior.

Muevo mi cabeza de arriba hacia abajo, indicándole que sí, que lo recuerdo. Hace varios días ella me dijo que me tiene una sorpresa y que se trata sobre mi presentación en los grammys, luego de eso me dejó con una gran duda.

—Yo seré quien te presente en los grammys —sonríe.

La abrazo y cuando estoy a punto de besarla, oigo como alguien carraspea su garganta a nuestras espaldas. Sky ríe y toma mi mano para luego entrar al consultorio de la doctora Gillies, quien cierra la puerta detrás de nosotros, con una gran sonrisa.

—Ya saben el procedimiento —bromea, comenzando a colocarse sus guantes de látex.

Ayudo a Sky a subirse a la camilla y a recostarse en ella, levanto su blusa hasta la altura de sus pechos, sin dejar estos a partir vista. La doctora coloca el mismo gel de siempre en el vientre de Sky, provocando que esta tome mi mano, ya que el gel es frío, o eso me ha dicho Sky.

Cuando la doctora comienza a pasar el aparato ese que es tipo un micrófono, o algo así, que no recuerdo el nombre, inmediatamente toda mi atención y la atención de Sky va hacia el monitor donde se ve a nuestro pepino, que ya no es un pepino. Joder, está tan grande.

—Te apuesto una gran caja de chocolates italianos a que es un varón —sonríe Sky.

—Te apuesto miles de besos a que es una hermosa niña —sonrío, totalmente confiado.

La doctora ríe, completamente entretenida con la situación.

—Tendrás que conseguir esos chocolates italianos, Justin, porque es un hermoso y sano varón —sonríe, apagando el monitor, no sin antes haber sacado las fotos de la ecografia.

Miro a Sky, quien está llorando, como en cada consulta, y lo único que hago es besarla, un beso corto y tierno. Lo suficientemente para que ella deje de llorar y luego de unos segundos comience a quitarse el gel de su panza.

—Tendremos un hermoso niño, un mini yo —sonrío, fascinado.

Por más que me gustaría más tener una niña, estoy feliz, feliz porque voy a ser padre de un hermoso niño, un mini yo. De todas formas, más adelante puedo hacer que Sky quede embarazada otra vez, en busca de la niña. 

¡Espero que les guste! Pasen por "Just say" por favooooor.

Overweight ▶ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora