La Guerra Del Deseo (LGDD)

Capítulo 1: Kamin

_Mamá! Jijiji- sentía una niña riéndose al lado de su madre, estaba en un campo de flores, la niña corre hacia los brazos de esa mujer. ¿Mamá?, claro... ella es mi madre, entonces esto es...- Ponte bloqueador mi niña o te vas a insolar.- escuche que decía mi madre a la niña – Solo si me atrapas jijiji.- dijo la niña riendo inocentemente empezando a correr...siento un sonido extraño, oh, claro...

El despertador sonaba, eran las 6:00am, hoy inicia mi primer día de instituto, estiro la mano y apago el reloj y me preparo para ir a clases. – Buenos días, Sophie.- dije, mirándome al espejo. Mi ojo derecho cambio de color a azul: –Buenos días hermanito, Veo que no dormiste bien.- me decía con voz seria – la verdad dormí muy bien y tuve uno de tus sueños.- hubo un silencio en mi habitación. – L-Lo siento.- me dijo con un tono de voz cabizbajo – Déjalo no me molesta, tus sueños son lindos Después de todo. Aunque me molestaras no se puede hacer nada ¿no?- le dije amablemente, ella sonrío de forma confiada – Pues sí, después de todo, estoy en tu cuerpo...-

La conversación acabo, cuando me hizo apurarme para bañarme, vestirme y bajar a desayunar.

Baje por las escaleras rápidamente, pues no quiero que se me haga tarde, entre a la cocina y vi a mi madre con un café y su laptop sobre la mesa. –Buenos días mamá.- le dije mientras caminaba al mueble a sacar un tarrito de café y una taza. – Buenos días... ¿porque te apresuras tanto?, ¿Vas tarde?- Me dijo con un tono serio, sin dejar de mirar y teclear en su notebook. – No la verdad voy bien, pero no quiero llegar tan justo a la hora en mi primer día.-

Mi madre, es de estatura media, delgada, y responsable, se le puede catalogar como de tipo "trabajólica". Yo nunca recuerdo ni aunque haya estado enferma que dejara el trabajo. Tiene un aire de noble, pues viste ropas que si bien son modernas, lucen bastante elegantes, aparte, tiene comportamientos parecidos y dignos de una "Realeza", hasta se jota en su forma de hablar frente a otros  – No llegues tarde.- Dijo Fríamente, pero sin perder su habla educada.

Después de tomarme el café, me despedí de mi madre y me fui al instituto. Caminar por la fría mañana hace que recuerde cosas específicamente de la infancia. Aunque la mayoría, no son positivas. Sigo caminando y me detengo cuando escucho un gato maullar de forma desesperada y una voz "Femenina" quejándose. – Ven gatito, no te asustes, solo te quiero bajar.- cuando pongo más atención, una figura femenina con un abrigo, está intentando subirse al árbol y bajar el gato, Claro... sin poder siquiera subirse. No pude evitar abrir la boca, pues, se veía afligida – ¿Necesitas ayuda?- le dije amablemente. –Si, por favor necesito bajar a ese gatito, no ha comido y no puede bajar, es muy pequeñito, planeo llevarlo a casa y cuidarlo.

Subí al árbol,y baje al gatito que al principio asustado, me araño, pero luego de hacerle cariño se calmó. Baje con él con dificultad y se lo entregue a la chica. – ¡Muchas gracias!, oh.- ella me ve la cara, donde el gato me rasguñó. – No te preocupes, no es nada.- ella abrió un poco su abrigo blanco y puso al gatito dentro, se quedó quieto, movió su mano a su bolsillo y saco un pañuelo blanco. – Permíteme.- uso su pañuelo, para limpiar, la poca sangre del rasguño. Cuando termino, satisfecha soltó un "Bien, así está mejor." y me miro con una calidad sonrisa.

– Bueno, te debo una. Creo que nos volveremos a ver alguna vez.- me dijo mientras se dio vuelta y empezó a caminar, se detuvo: - Por cierto, mi nombre es Watanabe Yuna, ¿y el tuyo?- me pregunto cálidamente – Oh...mmm, mi nombre es Ito Takumi.- Ella se dio vuelta, con un adiós y siguió su camino. – Esa chica, ¿no te parecía un poco inusual? Taku.- me preguntó Sophie.

– Mmm...un poco.- le dije, empezando a seguir mi camino.

Llegue al portón, Luce como cualquier instituto normal, aunque es un instituto "distinto" al resto. Mi notas los años anteriores, no me dieron para más que este instituto, mi madre al principio un poco molesta, acepto la idea. Su plan es que sea profesional de una forma u otra. No importa en que, solo que tenga mis estudios completos, ella dice que es la única herencia que me puede dejar que sirva para algo, La educación.