El sonido, el dulce y calmado sonido de una brisa fresca y limpia que cae sobre el puerto y choca contra los botes a las 5:00 pm., diariamente se escucha su tranquilo pasar como el latir de un corazón.
El sonido se apagó por unos gimoteos debajo de ella.
《Ash...cuanto molestas, tabatha.》se reprochó Elie.
Abrió la puertilla de madera y bajó por la escalera de mano frágil que con cada paso rechinaba. Se acercó al extremo derecho y jaló de un cordón y al instante se encendió una luz mortecina que, con el pasar de los segundos, se volvió nítida.
La joven se acercó con lentitud, como si fuera un tigre en caza. Fiera. Con cariño acarició el cabello castaño y radiante de Tabatha.
-¡Hola, Tab!-. La joven mostró su exótica sonrisa; con esos alineados dientes blancos como las perlas y esos carnosos labios color carmesí.
Tabatha solo pudo moverse, sabía muy bien que no escaparía y que sus oportunidades eran nulas. Si tan sólo pudiera...
-¿Quieres subir conmigo a escuchar la brisa? Ya casi oscurece y podríamos ver las estrellas, como solíamos hacer, ¿si?
Tabatha no tuvo de otra mas que afirmar con la cabeza. ¿Qué podría hacer en contra de Elie?
-Bien y recuerda que si intentas correr, gritar, golpearme o cualquier otra cosa, yo estaré aquí, yo soy mas fuerte que tú y te aseguro que yo podría golpear ese hermoso rostro y habrá castigo; uno muy fuerte y cruel.- la joven morena y pelinegra sonrió y reprimió una risita- Sí, me dolera golpear a tan bello rostro, pero no dudaré en hacerlo.
Desató las correas que la tenían a Tabatha amarrada y le ayudó a levantarse. Lentamente subieron por la escalera de mano; primero Elie y después Tabatha. La primera tuvo que ayudar a su amiga a subir ya que sus piernas y brazos eran débiles por no ser utilizados durante un tiempo. Las jovenes llegaron a arriba y se sentaron en una suave cama de pasto, la cual tenia un aroma fresco y pulcro que por una extraña razón hacia sentir ligera a Tabatha: ligera. Como si no tuviese vida y sólo fuese un alma deambulante, lo cual no era del todo mentira; sus esperanzas habían muerto desde hace ya tiempo...
-¿Escuchas eso? Relajante, ¿no?- la pelinegra pasó el brazo derecho por los hombros de la castaña. Tabatha tiritaba de miedo y frío ¿era frío o era por qué se encontraba en un estado vulnerable? Estaban en principios de verano. No podia ser frío.- ¿tienes frío?-. Preguntó Elie.
-No.- su voz sonaba ronca, pero firme, a consecuencia de no usarla durante días.
La noche fue cayendo y las dos jovenes disfrutaron de música, por un momento Elie tuvo que levantarse para poner la música y cuando se reprodujo "da ya think I'm sexy" La de cabellos negros se levantó y comenzó a bailar gracioso junto con una radiante sonrisa, causando que Tabatha riera y al poco rato las dos se encontraban moviendo al ritmo de la música. Al finalizar se volvieron a sentar; la joven medio-abrazada de la castaña, las dos en un estado taciturno observando el maravilloso cielo estrellado, increíblemente iluminado sólo por las "insignificantes" estrellas.
Elie suspiró.
-Cuanto extrañaba tener tanta tranquilidad.
Y así, la joven depositó un tierno beso en la mejilla de tabatha.
-Te extrañaré, mejor amiga.- unas lágrimas bajaron por sus pómulos.
Thabata sintió el pesar de sus sentimientos y una apuñalada en el corazón. Le dolía ser tan vulnerable y frágil.
Esa noche fue la ultima en la que su corazón latió.
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-Nos vemos, Tabs.--dijo la pelinegra enterrando el ultimo pedazo de tierra en el jardín.
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Te extrañaré, mejor amiga
Misterio / Suspenso-Nos vemos, Tabs.--dijo la pelinegra enterrando el ultimo pedazo de tierra en el jardín.