Ya llevaba la mitad de la noche caminando bajo el manto estrellado. Prefería el frio al insoportable calor, el cual nunca recibió. Le dio una última calada a su cigarro y expulso el humo despacio sobre el frio e intangible viento. La noche era tenue y acogedor, su hogar.
Se acercó a un pequeño parque y diviso un árbol con un buen ambiente de relajación. Se acercó y tomo asiento en el pequeño muro que se encontraba en el lugar.
Sentado, bajo aquel árbol floreciente se encontraba divisando las estrellas del mullido espacio. Contemplando la belleza de aquel cielo extenso. Miro dentro de sí y reacomodo los pedazos rotos. Pensando en lo que aria mañana y no mortificarse por lo que nunca hizo.
Bajo ese mismo cielo una chica rubia miraba a través de la ventana del avión las estrellas que se encontraban en el suelo o mejor bajo de ella. Sin duda una hermosa vista, aunque no eran estrellas verdaderas y solo eran las pequeñas luces de los hogares, era solo cuestión de tiempo para llegar nuevamente a su hogar, a la isla, la cual había abandonado hace unos años atrás, para emprender su viaje y alcanzar sus sueños en aquel mundo desconocido.
Después de mucho tiempo al fin había vuelto a konoha y miles de emociones surcaban su interior, el navío estaba por arribar y dejar el extenso mar. Una de las azafatas se acercó dándole un pequeño aviso sobre el descenso del avión. La rubia chillo en su interior, no obstante solo pensaba en lo que le diría a sus padres después de tanto tiempo.
Sin contratiempos el aterrizaje fue todo un éxito y ahora solo se encontraba para desembarcar o mejor dicho bajar de aquel aeroplano que la había traído a casa. La voz de la aerolínea se escuchó por el lugar y una enorme sonrisa se posaba en su rostro, mientras visualizaba y respiraba el aire de su isla, de su lugar de origen y donde comenzó su vida. Fue a buscar sus maletas entre la multitud de gente que hacía lo mismo. Las vio y las agarro rápidamente, una cantidad considerable contando todos los obsequios que traía del extranjero. Ahora solo esperaba encontrar a su familia para que la ayudara en su travesía de regreso.
—ahora, ¿Dónde estarán? —musito, buscando por todo el lugar alguna cara conocida. Pero fallo en el primer intento, siguió caminando—no se habrán olvidado, ¿cierto? —dijo para sí misma algo preocupada de que sus descuidados padres se hallan olvidado de que su adorada hija regresaría hoy.
En medio de su preocupación y pasando una innumerable cantidad de rostro por fin vio algo que llamo su atención. Una chica bajita de cabello rosa y ojos jade sosteniendo en sus manos un enorme letrero con las siguientes palabras—"Bienvenida CERDA!!". —mientras tenía una enorme sonrisa entre sus labios dejo desconcertada a la rubia. Quien arrugo el entrecejo, algo molesta al ver aquel letrero.
—¡¡frentesota!! —grito, llamando la atención de la oji jade, quien sonrió al verla y corrió en dirección a ella. Al llegar ambas se estudiaron de pies a cabeza para luego sonreír y abrazarse. —¿qué clase de bienvenida es esta? —se quejó ino con la mirada fija al letrero.
—Bueno, necesitaba algo con lo que pudieras encontrarnos—bufo—y unas buenas palabras que te describieran, amiga.
—ja, nomás con tu cabello es suficiente, te encontraría ya sea entre millones de personas. —dijo divertida. —además, eso no me describe para nada; por poco y no te veo. —Señalo el letrero, el cual aún sostenía sakura—Si hubieras puesto princesa o reina de las flores hubiera sido mucho más fácil encontrarte.
—Dices eso, pero aun así lograste verme y por el tono que usaste al llamarme viste perfectamente el letrero jaja—soltó una pequeña carcajada sakura, para luego mirar con una sonrisa a su amiga—me alegro mucho que estés aquí, ino.

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Amor y Droga ||Saiino||
FanfictionCada día que pasa es peor. Con mucha sutileza, a lo largo de estos años, ha ido ganándome terreno. Empezó con gritos, al ver que por miedo y respecto cedía, se sentía poderoso. Lo veo diariamente en sus ojos, y continuo con insultos. Al poco llegaro...