Capitulo 4

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La hermana de Lindy es una perra... Y Mark lo descubrió de la peor forma.
El desayuno eso lo mejor que come en años y agradece mucho en silencio para no dañar la reputación de Lindy. Para su suerte casi nadie lo toma en cuenta pero de vez en cuando mira hacia su antiguo yo, que permanecía muy indiferente e inclusive algo torpe cuando tiene que servir los platos.

—¡¡Irlandés!! Haz bien tu trabajo—regaña el padre de Lindy

Mark fulmina con la mirada a ese viejo entrometido y con una voz muy bien fingida para parecerse a la de la hermana mayor, pregunta.

—¿Qué tienes contra los irlandeses?

—¿A qué viene ese tono de voz?

Lindy sirve la sopa, casi riega la sopa y Mark viéndose obligado a ayudarla, se levanta de la silla con rapidez y ante la mirada atónita de los presentes, enseña como deben ser las cosas. Ella le da las gracias en voz baja sonrojada hasta las orejas y Mark piensa en lo estúpido que se ve de esa forma. No gusta del vestido aburrido que viste, no muestra nada de nada y el peinado hecho por Lindy en la habitación no es de lo más favorecedor.
Siente mucho más apetito y agarra más comida de las arcas para ponerla en el plato con mucho gusto.

—Lindy. Si sigues comiendo así, terminaras como un cerdo—río falsa

—Dirás que estaré como tu querida hermana. Y no te culpo, después de 3 hijos hechos, tu cuerpo es un desperfecto total.

Risas provocadas por los más pequeños de la casa y la palidez de la demacrada madre ponen en bandeja de oro el característico humor de Mark que sonríe orgulloso de si mismo.

—Lo peor es que no estas casada....

Detona la pólvora creada desde hace años entre las dos. Lo que no sabe, es la tormenta avecinada por las palabras dichas en el desayuno.

Mark EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora