¿Y mis dulces, Lou? {LS}

Capítulo 1

Capítulo 1.

Era un día hermoso y el ruloso no dudo ningún segundo en salir de su casa y divertirse. Quería comprar sus dulces favoritos, pero lamentablemente no tenia el dinero suficiente para hacerlo, igual pasaría por esa tienda, tal vez la cajera le deje fiar dulces y anotarlos para otro día.

No estaba nada lejos de su casa, así que se ahorró en explicarle a su mamá a dónde iba y corrió cómo más pudo a aquella.

Y en pijama.

-----

Al llegar notó que la señora Zwingter se encontraba en la puerta del local, fumando un cigarrillo bastante largo.- ¡Señora Zwingter!

- ¡Harry! ¡Pequeño! ¿qué se te ofrece?- preguntó la señora después de dejarle un beso en la mejilla a Harry. Sus cachetes eran suaves, y a las mujeres de edad les encantaba eso. -Yo quería saber sí... P-podia fiar dulces para m-mi...

- Oh... No, lo lamento pequeño. Sé que tu mamá está muy mal de dinero ahora pero no puedo, son ordenes de la jefa. Y sab-

La mujer fue interrumpida por un chico mucho más alto que Harry, con un montón de tatuajes, un cigarro en la boca y ropa negra, era todo un chico malo y eso a Harry le atraía un poco.-Hola dulzura. ¿Por qué fiar, Margaret?

-No tiene dinero para pagar los dulces.

-Ah, eso. No te preocupes, pequeño, yo te compraré todos los dulces que quieras.-Mencionó el chico y tomó la pequeña y frágil mano de Harry, hasta llevarlo adentro del local, y nunca soltó su mano.-Listo, ¿cuál y cuántos quieres? El dinero no es problema.

-Yo... Cinco de ese, diez de esos dos, son baratos. ¡Y ese de ahí, mmmh!- pidió el chico, parecía un niño pequeño pidiendo cosas. Louis sonrió y compró cada uno de los dulces que Harry le indicó. Le entregó la bolsa rellena con ellos y dejo un dinerillo para él de extra.-Toma, pequeño bebé. ¿Cómo te llamas?

- H-Harry Styles... ¿Y tú?- susurró el chico, Louis sonrió de una forma tan hermosa, se estaba derritiendo con el chico. Le parecía tan hermoso y tierno.- Louis Tomlinson, ¡hasta la próxima, muñeco!

Louis se despidió de él y luego el chico se fue contento. Ahora sí estaba seguro de que visitaría esa tienda más seguido para ver al hermoso chico castaño.