Capítulo 1

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Desde que aquel alienígena había entrado en sus vidas todo eran complicaciones para Tessa. El gobierno no solo había destrozado su casa, sino que ahora eran perseguidos por los mismos día y noche sin descanso. Su vida se había convertido en una completa locura, o al menos eso pensaba ella. Quería pensar que al fin y al cabo iba a abrir los ojos y todo iba a ser fruto de una horrible pesadilla. Pero no, cada segundo que pasaba se daba cuenta de que aquello era real y no podía dejar de culparle a él, Optimus Prime por haber aparecido en su vida.

–¿No puedes dormir? –La voz metálica del extraterrestre sobrepasó la oscura noche mientras ponía los ojos en la muchacha, que se sobresaltó al oír su voz, alarmada.

–¡¿Es que nunca duermes?! –Frunció el ceño y se llevó ambas manos a los brazos para resguardarlos del frío, la hoguera que había encendido su padre aún centelleaba algunas brasas, asique se acercó a ellas para entrar en calor y las avivó con una barra de metal mientras daba la espalda a Optimus.

– Nosotros no dormimos –Contestó la máquina con cierta añoranza en su interior pues era lo que más les diferenciaba de los humanos.

–Debí suponerlo... -Refunfuñó Tessa, en la misma posición que antes y recordando la vida que había dejado atrás, no podía dejar de culparle durante cada segundo que pasaba por su cabeza.

Optimus la miró con curiosidad, podían ser muy diferentes pero sabía distinguir cuando un humano intentaba ocultarle algo o simplemente le odiaba. En ese aspecto eran muy semejantes, asique decidió arreglar la situación como mejor sabía, con palabras.

–Siento que todo esto haya pasado, los humanos sois tan importantes para mí como el resto de mi familia, te prometo que os protegeré con mi vida. Es lo menos que puedo hacer por haberme ayudado

Tessa se giró hacia él al oír aquellas palabras y vio como Optimus se llevaba la mano al pecho, hacia su bola de luz, su chispa, aquello que les daba vida, para dar su palabra. No pudo evitar mirarle con compasión, ya que aquella acción era mucho más humana de lo que pensaba y aunque sabía que no tenía corazón, había algo en su interior que le daba esa conciencia. Por eso en parte se sentía furiosa consigo misma, al ver el alto grado de nobleza de tan extraño ser.

Sus ojos se empañaron por un momento mientras se cruzaban con los de la máquina, que azules y firmes la contemplaban desde la oscuridad como pequeñas estrellas nacientes. Optimus observó con atención esa sustancia que salía de los ojos, mientras se ponía en pie. La tierra tembló y Tessa se asustó un poco, aunque ya estaba acostumbrada a verle alzado, pero aquello siempre impresionaba. A penas le llegaba al talón y eso la hacía sentirse insignificante.

–Iré a hacer guardia a esa colina –Señaló con uno de sus dedos metálicos una gran roca puntiaguda –Puedes acompañarme si lo deseas

Intercambiaros miradas y justo antes de que ella dijera nada, el gran extraterrestre se convirtió en un camión azul y rojo que hizo levantar la tierra del suelo durante un momento. Tessa lo miro a él, y después a la cabaña deshabitada en la que se habían alojado su padre y su novio, se lo pensó un momento antes de subir pero acabó haciéndolo. La gustaban las aventuras y aquella era una de ellas. Se acomodó en el asiento negro y miro fugazmente por la ventana, parecía que las estrellas se movían a una pequeña velocidad, pero solo era por el efecto del paisaje. Antes de llegar a la colina, la puerta del camión se abrió, indicándola que bajara y esta lo hizo. Al momento el gran Optimus volvió a retomar su forma habitual, miró a la pendiente y después a Tessa. Un humano corriente tardaría horas en subir, pero él era un gran gigante de metal. Tendió la mano a su nueva amiga y esta la miró indecisa antes de subir. Finalmente lo hizo, agarrándose en uno de sus dedos metálicos, tan fríos como el hielo pero suaves y agradables. El viento hondeó su pelo mientras subía varios metros hacia arriba, a la altura de Optimus. Una vez allí la situó cerca de su cara y entonces observó con más atención sus ojos, del mismo color que su chispa vital, parecían tener fuego dentro, como el fuego azulado de una llama. Se quedó absorta mirándolo hasta que este acercó la mano hacia su hombro para que subiera.

El lado Humano de Optimus PrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora