Capitulo uno

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Era un sábado frío a principio del verano, en las instalaciones de verde valle, se disputaba un juego clave para la liga estatal; Deportivo Guadalajara contra Instituto Nueva Escocia, era un partido fuerte y con mucha dificultad, es un encuentro de los equipos en primero y segundo lugar de la tabla posicional, el entrenador estaba desesperado y bueno yo aun más, aun no he podido anotar…

— ¿Emily que te ocurre? —escuche a Luisa preguntarme.

 —Asístanme solo eso —respondí desesperada.

—Morgan por la banda izquierda está solo, haz una pared con Ashley —me ordeno el entrenador; solo pensé que si él estuviera jugando sabría que pasar la barrera de este equipo es difícil, aunque más no imposible eso lo sabía, pero en verdad ocupaba que me asistieran mis medios, estaba desesperada en diez minutos terminara el juego e íbamos en cero, nadie ha anotado y un empate no deja buen sabor de boca…

—Marina, dame pase rápido —le gritaba desesperada.

—Tranquila solo desmárcate —dijo Marina tranquilamente.

—No espera, oh harás fuera de lugar —decía del otro lado Tania.

Nosotras traíamos el balón, habíamos trabajado muy bien el clásico «Torito» que consta en burlar al contrario y hasta ahora lo llevamos manejado perfecto, Tania presiono a la defensa central así lográndose llevar dos en la marca, me habilito y Marina me mando un centro algo incomodo debo aclarar, lo venia venir así que acomode mi cuerpo posicionando mi pie izquierdo muy bien plantado y en cuanto bajo el balón a nivel de mi cintura, jale mi pie derecho hacia atrás, bajo más el balón y de pronto conecte un derechazo mandando el balón al ángulo, haciendo difícil el trabajo de la portera, ese momento pasó como si mi vida le haya puesto modo “cámara lenta” veía solamente como el balón chocaba con el travesaño y se metió el balón por inercia hacia el fondo… Objetivo cumplido, el esférico entro  y era de esperarse una explosión de alegría se presento, solo sentí deseos de gritar, corrí hacia el córner y grite gol tan fuerte que se sentía como una final, esto era un juego de orgullo y yo capitana del equipo lo conseguí, enseguida sentí un peso abrumador, pero sabía que eran mis compañeras que se unían a mi festejo.

—Equipo malo eso es lo que son —escuche gritar a Jennifer la novia de Iker mi mejor amigo —Venga Leonas ustedes pueden con estas Linces —volvió a gritar Jenni, haciendo que la capitana del New Escocia se alterara.

—Calma a tu jugadora —se acerco Miriam amenazándome.

—Dale eso que importa, no es jugadora —dije evadiéndola.

—Sea tu porra, tu hermana lo que sea, has que se calle —dijo Miriam muy molesta.

—Ya faltan 3 minutos, solo ignórala –le ordene.

Para entonces Jennifer no se callaba, ella había ido a apoyar a su prima Luisa que es una de mis amigas, aunque en realidad no le hallaba sentido que fuera, solo hizo que se molestaran las contrarias; decidí ignorar olímpicamente a Miriam y jugar ya los 2 minutos más lo que agregara el árbitro pero de pronto vi llegar su puño a mi cara, sentí un dolor fuerte a la altura de mi labio, subí rápidamente la mano a mi labio y limpie con el dorso del brazo derecho la sangre que broto, pose mi mirada efusiva en la cara de Miriam y no lo pensé dos veces yo también respondí con un puñetazo, pero el mío iba directo a su ojo izquierdo…

—Morgan basta —escuche al entrenador.

—No agraves más las cosas —dijo tratando de separarme.

—Ella empezó y yo solo me defiendo —dije sumamente enojada.

—Tranquilízate y vámonos —dijo él  jalándome.

A gritos de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora