Capítulo 3 "De nuevo en Houston"

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Había llegado a Houston por la tarde, me había instalado en un hotel y en un carro rentado había ido a casa de mi madre al Rancho, para darle una sorpresa, toque y me abrió Nieves, con asombro me abrazo y me dio la bienvenida, con mi dedo en medio de la boca le señale que guardara silencio ya que quería sorprender a mamá en el despacho.

— Quien ese esa mujer hermosa sentada ahí —dije.

— ¡Andrea! Hija estás aquí —corrió a abrazarme.

— Mamá —dije correspondiendo el abrazo.

— Como es que llegaste, estas hermosa déjame verte.

— Vine por él bebe de Sofía.

— Es por eso, yo no te dije nada porque siempre que platicábamos me decías que no quería saber nada.

— No te preocupes lo sé, pero Sofía me llamo y aquí estoy y por ti y por el abuelo claro tenia muchas ganas de verlos.

— Y tus maletas —dijo mientras nos dirigíamos a la sala.

— Me estoy quedando en un hotel

— Andrea por favor si aquí tienes tu casa y tu cuarto, todo, no puedes hacerme esto, mañana mismo te vienes.

— Mamá —sabía que no podía decirle que no— esta bien, pero debes de saber que las cosas serán diferentes, yo soy otra persona, no puede manejar mi vida como antes —le dije contundentemente esperando algún regaño pero no lo tuve.

— Lo se mi pequeña, lo supe desde el día que te fuiste, y pues creo también yo he cambiado, un poquito nada más —ella sonrió.

— Esta bien mamá, mañana por la mañana vendré y luego iré a visitar a mis hermanas... ellas están en el rancho Alcazar cierto —pregunte.

—Si —dijo con tristeza.

— Mamá porque lo dices de esa manera.

— Tu sabes muy bien porque.

— Mamá, ya ha pasado mucho tiempo desde que paso todo, porque aun sientes rencor, eso no es bueno.

— No puedo perdonar que ellas hayan preferido a esos hombres, que quisieron vengarse de nosotras.

— Eso no es cierto, tu estas así porque esos hombres son hermanos de la mujer que tu crees que te quito a tu esposo.

— ¿Que yo creo? Estas insinuando que no era cierto.

— Mamá —dije levantándome del sillón y cruzando los brazos.

En ese momento apareció mi abuelo.

— Mi niña estas aquí.

— Abuelo —corrí a abrazarlo muy fuerte— quería darles una sorpresa, tengo tantas cosas que contarte y les traje regalos a todos, y mañana vendré para quedarme aquí, mamá ya me regaño por haber dejado mis cosas en un hotel hoy.

— Claro mi niña lo que tú quieras.

Luego tuvimos una cena los 3 y platicamos de muchas cosas, pero la que más hablaba era yo, les conté a donde había ido, lo hermoso que era Paris a decir verdad ninguno de los tres quería hablar de las cosas tristes que pasaban en la familia y mis palabras eran un tema genial para una conversación en esos momentos.

Llegando la noche me dirigí al hotel y allí no podía dormir, estaba ya en Houston, estaba en el mismo lugar que Samuel y sin duda mañana lo vería, no sabía cómo iba reaccionar mi corazón, me levante de la cama y vi la luna, estaba tan redonda, sabía que esos días serian un poco difíciles pero no imposibles de superar y lo que importaba era que estaba ahí por Sofía y su bebé ellos eran los que importaban.

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