La fiesta y el pirata

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Caminaba entre los invitados tranquilamente, las invitadas apenas se movían de donde estaban ya que sufrían del corset que seguramente les lastimaba las costillas y apenas podían respirar. Yo no sufría de aquello ya que yo no usaba algo así tan peligroso, esa torturadora moda de alta clase. ¡Que tontería!

La fiesta en la que habíamos sido invitados era para la promoción de un hombre que iba a ser comandante de la corona y sin olvidar que era famoso entre las mujeres pero yo sabia que tenia ojos para solo una mujer, una mujer muy diferente a las demás. ¿Cómo lo sabia? Porque ella era mi amiga. Mi única amiga ya que los demás me evitan estar en la misma habitación y solo porque tengo mi cabello pelirrojo. Para mí, la alta sociedad es un misterio ya que nunca sabré que es moda y lo que no.

Entre las mujeres encuentro a mi amiga Elizabeth que se veía hermosa en su vestido, conociendo a su padre, se lo había comprado para este evento. Me acerco solo para ver el sufrimiento que sufría por la moda.

-No respiro- dice tratando aflojarlo un poco. -¿Cómo esto se puede considerar moda?-.

-Tranquila Lizzy- digo con una sonrisa, así yo le digo a mi amiga. – te recuerdo que si evitas moverte mucho, no será tan fuerte-.

-Tonta moda-.

-Tu lo haz dicho- digo para luego descubrir a ver que un hombre veía fijamente a mi amiga, al darse cuenta que lo había atrapado en el momento. Con una gran sonrisa le digo a Lizzy: -Creo que les interesas a cierta persona...-.

Lizzy mira y se sorprende al ver que era el comandante, se miraron un momento y él le regreso la risa. En segundos le pidió hablar a solas con él y me fui en busca de un bocadillo, un hombre se me acerco para hablarme.

-Rojo como una rosa, un color hermoso para un mujer hermosa- dice que tal vez tendría los cuarenta años.

-Gracias por el cumplido pero debería tener cuidado con su esposa ya que no le gustaría en lo absoluto- digo con una pequeña sonrisa. El hombre se asusto al decirle eso ya que era cierto. Pobre hombre. La verdad estoy acostumbrada a que los hombres casados quieran tener una aventura pero yo no estoy para esas cosas. De repente se escucha alguien gritando un nombre:

-¡Elizabeth!-

Enseguida el comandante y algunos soldados salieron corriendo, mi amiga se había caído del acantilado y tenia suerte de que no hubiera golpeado con las rocas. Solo podía ver el sombrero de Lizzy. Algo me llamo la atención ya que una onda se disparo por toda la costa y siguió a mar abierto, eso no significaba nada bueno. Vi alguien que se lanzaba hacia el mar desde un navío cercano. Estaría bien Elizabeth, lo sabia pero aun así no me calmaba de ver aquella onda, así que me fui a mi casa donde buscaría en mi libro, esperaba que no fuera nada grave. En el camino escuche disparos y varios soldados en grupos, un grupo de ellos detuvieron el coche.

-¿Sucede algo?- pregunte a uno de ellos.

-Siento molestarla madame, estamos buscando a un pirata que amenazo a la hija del gobernador-.

Pirata. Esto no es nada bueno. Ordene que nos fuéramos hacia la casa del gobernador, eso debería esperar después. Encontré a Lizzy totalmente mojada, la ayude para luego sentarnos en la sala donde me conto lo sucedido. Ella me explico lo que había pasado: un pirata que le había salvado de ahogarse, aprovecho la oportunidad de tomarla como rehén para escapar.

-Lo único que sé fue su nombre: Jack Sparrow. ¿Crees que sea ese Sparrow?-.

-No creo, porque lo que leímos tenia una gran tripulación y era capitán-.

-Tienes razón-

-¿Qué te dijo?-

-¿De que hablas?-.

-¿De que hablaron el comandante y tu?-

-Bueno.... Me hablo de todo lo que había logrado pero aun así le faltaba algo, una hermosa dama fina y que yo me había convertido en una-

-Así que te proponía matrimonio, vaya que afortunada eres-

-Si, creo que si-

-Pero tampoco estaría mal con Will Tunner-.

-¿Will? Es mi amigo- dice Lizzy mientras se sonroja.

Alguien entra, era el gobernador y padre de mi amiga. Me levanto para saludar y muy felizmente dice:

-Han atrapado al pirata-.

-Eso es bueno, no queremos que un pirata anda rondando por ahí sin pagar de sus fechorías- digo con esperanza. –Me retiro-.

-Descansa madame-. 

Piratas del CaribeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora