Barba Negra

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No pude dormir. El sol salió y eso me anuncio del inicio. El tiempo esta medido, no podía perder tiempo. Me subí a un bote, remamos y cuando llegamos a la orilla, Beto apareció entre la maleza.

-Capitana, encontramos el barco de Ponce de León-.

-Guíame-.

Caminamos entre la selva, me sentía algo feliz de poder tocar tierra ya que estar todo el tiempo en un barco puede ser tedioso. Estar en una suelo firme que no se mueve constantemente. Se escucho un disparo, aquello me preocupo, camine mas rápido. En un momento corría y escuche gritos de ordenes. Me detuve y los demás se detuvieron en seco, levante la mano para que guardaran silencio.

Mis ojos no me lo creían, era Barba Negra y su tripulación. Vi como llevaban a la sirena en un tanque de agua pero no veía a Jack.

¿Dónde se había metido?

Se escucho como alguien pisaba una rama, lo peor de todo era que culpa de uno del par de idiotas, el gordito. Pidió disculpas en voz baja con una sonrisa, se podía ver el miedo en su ojos y debería tenerlo.

-¿Quién anda ahí?- pregunto el temido capitán.

No podía seguir escondida, me levante y me quite el polvo para luego salir de entre la maleza. Su expresión seria fue cambiada por una de asombro.

-Zelena...-.

-Edward Teach, ha pasado un tiempo- digo con una sonrisa, falsa pero no podía dejar que viera mi pena.

-¿Cómo es posible? ¿Ya haz encontrado la fuente de la juventud?- pregunto con alegría. Eso me dio aun mas lastima, estaba desesperado.

-Esto pasa cuando ayudas a cierta diosa-.

-Entonces, ¿que haces aquí?-.

-Me han pedido que la encuentre, parece que alguien quiere destruirla, ¿eres tú?-.

-No, la busco porque mi tiempo se esta acabando y aun falta cosas por hacer-.

Una mujer de cabellos café y de características latinas que tenia la brújula en mano se acerco.

-Padre, ¿quién es ella?-.

¿Padre?

¿De que me había perdido?

-Hija, ella es la mujer que me enseño los mares, es la capitana Zelena. Zelena, te presento a mi hija Angélica-.

Me miro con desafío, no confiaba y eso me preocupaba pero si podía ver rasgos de su padre en ella. Parece que tuvo sus propias aventuras.

-Debemos movernos, tengo el tiempo medido- digo ya que la verdad no podía perder el tiempo. -¿Conoces el ritual?-.

-Si, las copas de Ponce de León y una lagrima de una sirena, como veras que tengo a la sirena- dice señalando el tanque de cristal.

-¿Y las copas?-.

-En eso estoy, tengo una persona que me los traerá-.

Jack.

-Entonces se encontrara con parte de mi tripulación, solo esperemos que no sea demasiado tarde-.

-¿De que estas hablando?-

-¿No lo sabes? No somos los únicos en busca de la fuente, por suerte este lugar es traicionero-.

Edward miro asustado a su hija que también estaba preocupada, ordeno que siguiéramos. Ordene a Beto y a los demás de mi tripulación que fueran en busca Barbosa y cualquier otro problema ya que la verdad no me gustan las sorpresas inesperadas.  

Piratas del CaribeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora